Es como si me hubieran agredido
Ayer me quitaron la paga extraordinaria de Navidad. No me siento indignado: es como si me hubieran agredido.
Para ser funcionario, tuve que hacer un máster (un año); luego un doctorado (cinco años); luego tuve contratos precarios hasta que al final en 2003 concursé a una plaza, que gané. Es decir, hasta que consolidé mi posición, pasaron unos 11 años. Sabía que si era funcionario, nunca ganaría dinero; lo asumí. Preferí la seguridad de mi plaza a hacer dinero. Acepté ese intercambio. Pensé en su momento que era justo.
Cuando llegué a España, mis amigos, en la construcción, despachos de abogados, bancos, hacían muchas cosas que yo no podía hacer. Lo acepté. Acepté que las vacas gordas no me beneficiaran, pensando que las vacas flacas no me afectarían. Pago mis impuestos. Trabajo duro, me evalúan constantemente. Cada vez me cuesta más llegar a fin de mes. Y después de que el presidente consumara su agresión, la guinda: la SER informó de que los directivos del Ibex 35 se habían subido en 2011 un 5% el sueldo como media.— Antonio Estella.
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