No todos los políticos son iguales
Leo con estupor la carta que remite don César Gómez Nieto; estupor por los datos que aporta, y por el mensaje que late en el fondo. Respecto a los datos, simplemente debo decir que ignoro de dónde habrá sacado el señor Gómez Nieto la cifra de 480.000 políticos en España, pero cualquier persona que se ponga a contar descubrirá pronto que es, simplemente, una cifra disparatada. Una mentira, sin más, que se trata de ocultar detrás del prestigio de los números. El problema es que llueve sobre mojado. El paradigma de la corrección política en España es cargar contra los políticos, de cualquier tipo y condición. De ellos es la culpa de todo; ellos se están llevando el dinero a espuertas, etcétera. Insisto, cualquiera que, en lugar del trazo grueso y la demagogia de barra de bar, aspire a conocer la realidad descubrirá que en España hay, sí, unos miles de personas que se dedican a la política, aunque no la cifra que se inventa el señor Gómez Nieto. Ni uno solo de ellos gana un sueldo astronómico; ninguno. Y muchos miles, la inmensa mayoría, no solo no ganan un euro, sino que le quitan horas a su trabajo o a su tiempo libre para servir a sus conciudadanos; a cambio solo de la satisfacción de hacer algo útil para los demás. Mi caso puede servir de ejemplo, pero, insisto, somos miles. Soy alcalde de Marzales desde hace años. Como tantos otros miles de alcaldes y concejales socialistas, del PP, de IU o de otros partidos, no cobro ni he cobrado un céntimo por ello.
Es posible que la actividad de los políticos sea mejorable, pero cuando no hay políticos las cosas suelen empeorar. En este país tenemos experiencia de ello, y no conviene alentar mensajes que, bajo la apariencia de la corrección política, ocultan una ideología extremadamente peligrosa.— José Luis Rico Hernández. Alcalde de Marzales, Valladolid.
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