David griego en la Eurocopa
Los 300 de las Termópilas estarán en la mente de todos los helenos
Sobre el papel son un Goliat convincente y un David animoso, pero poco más. Y se van a enfrentar pasado mañana, en el estadio polaco de Gdansk, en el que la selección española ha rubricado su pase a los cuartos de final de la Eurocopa, para decidir quién sigue adelante.
Alemania no es solo la gran potencia económica de Europa y Grecia el hombre enfermo del Viejo Continente, sino que Berlín —antes Bonn— ha sido campeona de Europa de fútbol en tres ocasiones —1972, 1980 y 1996—, y Grecia, aunque alcanzó un campeonato en 2004, solo tiene un fútbol voluntarioso, no carente de ingenio, pero en el fondo modesto.
No hay grandes jugadores griegos, y ni Madrid ni Barcelona han mostrado mayor interés por fichar en tierras de la Hélade. Aquella final en la que Grecia derrotó a Portugal, nada menos que en Lisboa, todavía es un grueso enigma para los aficionados portugueses, que creían tener ya el campeonato en el bolsillo. Ahora toca decir aquello de que en fútbol todo es posible y aunque no es verdad porque el Alcorcón no ha podido subir a Primera, sí hay que reconocer que en el encuentro del viernes está en juego mucho más que una mera cuestión futbolística.
Alemania no ha tenido en distintos momentos de su historia una gran prensa en Grecia, donde una valerosa resistencia se opuso en la Segunda Guerra Mundial a la ocupación nazi. Y los acontecimientos de los últimos meses, con la necesidad de acudir a un rescate multimillonario de su economía, al que reviste de gravísimas exigencias y controles la canciller alemana Angela Merkel, no han contribuido a hacer más grato el imperio teutón a esta empobrecida península, que hace varios miles de años tuvo, sin embargo, la excelente idea de inventar Europa.
David tenía su arma secreta, una honda, lo más parecido a un misil de lanzamiento individual para la época, y los alemanes poseen el blindaje, la artillería y la potencia de fuego de un nuevo Goliat. Pero Grecia, que como España busca el premio de consolación a sus sinsabores materiales en la Eurocopa, no va a dar la batalla por perdida.
Los 300 de las Termópilas estarán el viernes en la mente de todos los griegos. Vencer aunque en ello vaya la vida.
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