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De los suburbios de Glasgow a la cama con Scarlett Johansson

Un joven violento encuentra una nueva vida como actor con Ken Loach

Gregorio Belinchón
El director Ken Loach junto a Paul Brannigan, durante el festival de Cannes.
El director Ken Loach junto a Paul Brannigan, durante el festival de Cannes.ANNE-CHRISTINE POUJOULAT (AFP)

Una vez más, Ken Loach vuelve con una película, The angels' share, con trasfondo social. Pero como pocas veces en su carrera, las carcajadas se imponen a lo largo del metraje. Porque esta vez su desquiciante cuarteto protagonista —cuatro chavales que cumplen como condena horas y hora de trabajo comunitario, y que descubren su pasión por el whisky...y por el robo de este alcohol— lleva la película a un lado cómico que aligera su carga en una mezcla entre Trainspotting y Full Monty. El líder de este cuarteto es un veinteañero que se ha salvado por los pelos de ir a la cárcel, y al que la familia de su chica no le permite ver a su hijo recién nacido. Este robo será la única oportunidad que le queda en Glasgow para huir, con su mujer y su bebé, de la espiral de miseria. Lo curioso es que el actor que lo interpreta, Paul Branningan, procede de un pasado muy parecido. Paul Laverty, el guionista habitual de Loach y pareja de Iciar Bollaín, visitó en Glasgow la Unidad de Reducción de Violencia y allí conoció a un monitor que le puso en contacto con chavales que organizan partidos de fútbol en Glasgow para que los críos se centren en el deporte y no beban o se droguen. Uno de estos voluntarios era Branningan, que creció odiando a sus padres por su drogodependencia y que desde pequeño tuvo claro que aquella no era una salida. “Cuando Laverty me llamó yo acababa de perder el trabajo en el Centro y no le hice mucho caso. Pero insistió en que conociera a Ken, en que la película podía ser una gran oportunidad para mí”. Y Loach quedó impresionado por su fuerza.

 Branningan, de 24 años, tiene una cicatriz que le atraviesa la cara y que fue el resultado de una pelea con su hermano. Estuvo en la cárcel justo antes de este incidente durante tres años y ocho meses por actos violentos con arma de fuego (la llevaba encima, pero no la disparó), y cuando salió de prisión decidió involucrarse en la organización de los partidos de fútbol. “Como mi personaje, yo también dejé al lado mi ira cuando me convertí en padre”.

Y ahora de repente se convierte en un actor con carrera. En Cannes, donde The angels' share ganó el Premio del Jurado, Branningan contaba anécdotas de su, por ahora, última película, Under the skin, en la que Scarlett Johansson encarna a un alien en una historia que recuerda mucho mucho a Species. “Yo me desnudé y me quité toda la ropa. Ella no… Pero es una chica fantástica: yo me encontraba muy nervioso al principio, y tras hablar con ella, todo mejoró. Ella lleva sus guardaespaldas… y yo lo más que me protege es un paraguas”.

En el certamen, Branningan no era el único caso en esta edición de Cannes de persona a quien el cine le da una segunda oportunidad. Aniello Arena, el protagonista de Reality, de Matteo Garrone, filme que obtuvo el Gran Premio del Jurado, está en prisión cumpliendo cadena perpetua por un doble asesinato. Garrone descubrió a Arena en la misma compañía teatral de convictos de la que salieron los actores de César debe morir, de los hermanos Taviani, último Oso de oro del certamen de Berlín.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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