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Rebekah Brooks puede acabar en la cárcel y... en los Oscar

Hollywood llevará al cine la vida de la fiel colaboradora y supuesta espía de Rupert Murdoch

Rebekah Brooks y Nicole Kidman.
Rebekah Brooks y Nicole Kidman.GETTY

Es carne de Hollywood: la historia de una mujer inteligente, sin título universitario, contratada como secretaria, que logra ascender en el trabajo, para desbancar a hombres mucho más preparados que ella, pero con una ambición menos voraz. No se trata de la segunda parte o un remake de Armas de mujer (1988), sino del argumento de la película que el productor Gene Kirkwood prepara sobre la visa de Rebekah Brooks, la confidente y estrecha colaboradora de Rupert Murdoch, destronada y encausada en el escándalo de las escuchas ilegales en Reino Unido.

El final, sin embargo, no será tan bucólico como el de Armas de mujer, porque los medios de Brooks no fueron como los de Melanie Griffith en aquel filme. Ebria de poder, después de ascender despiadadamente hasta el puesto de directora ejecutiva de News International, se la acusa de participar en escuchar ilegales a famosos y a todas aquellas personas que considerara carnaza adecuada para ofrecer a los lectores sus tabloides. Dimitió en julio de 2011, y se presentaron tres cargos contra ella la semana pasada, por obstrucción a la justicia.

En el festival cinematográfico de Cannes, el productor Gene Kirkwood, que tiene en su haber títulos como Rocky y Gorky Park, anunció que está trabajando en el proyecto, que entiende como una mezcla entre Grandes esperanzas, la novela de Charles Dickens, y la biografía de Richard Nixon, protagonista de una de las mayores debacles políticas de la democracia occidental. “Será una gran historia”, dijo Kirkwood al diario The Hollywood Reporter. “Veo un enfoque como el de Ciudadano Kane”. El productor deberá esperar ahora a que culmine el juicio a Brooks, algo que puede llevar meses, si no años.

Los guionistas tienen por delante una ardua labor de investigación. Brooks rigió el imperio de tabloides de Murdoch en Reino Unido con pocos miramientos hacia el objeto de sus noticias, según mantienen sus detractores, pero nunca soltó prenda sobre su vida personal. En todo este tiempo no se ha podido saber a qué se dedicaba exactamente su padre. Ella vivió en París, y tomó alguna clase en la Sorbona, pero es un misterio si aquello le reportó algún tipo de certificado o título. Su boda, en 2009, con el afamado jinete Charles Patrick Evelyn Brooks, a la que acudieron el primer ministro Gordon Brown y el líder de la oposición David Cameron, se mantuvo en el más estricto de los secretos. De ella, lo que mejor se sabe es su estrechísima relación con Murdoch, para él más que una protegida, casi una hija.

El filme se basará en un reportaje publicado en febrero por la periodista Suzanna Andrews en la edición estadounidense de Vanity Fair. Esa revista ya ha propuesto a quiénes deberían ser los protagonistas, por sus razonables parecidos. Defiende a Nicole Kidman como Brooks; a Hugh Grant como su marido; a Anthony Hopkins como Murdoch, y a Michael Sheen como Tony Blair, un papel que ya interpretó en La reina (2006).

Ahora Brooks se enfrenta a una pena máxima de cadena perpetua, pero los analistas vaticinan que lo más probable, si se la considera culpable, es que cumpla diez meses entre rejas. Parece ser suficiente para famosos que padecieron sus despiadados métodos. En la red social de Twitter, el cantante George Michael se ha despachado a gusto. En uno de sus últimos mensajes se burla de un comunicado de Brooks en el que dice estar sufriendo una caza de brujas. “¿No se aplica esa expresión a los inocentes?”, le dice. Con esa beligerancia, puede que hasta este dispuesto a hacer un cameo en la película.

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