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Tribuna
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Florida 500 años después

Resulta sorprendente el desinterés español por reivindicar el importante legado hispano en EE UU

La historia de España en las relaciones con Estados Unidos está repleta de acercamientos y alejamientos incomprensibles. Unos lazos marcados en exceso por el desconocimiento mutuo, a pesar de que la profunda raíz hispana de Estados Unidos debería facilitar una vinculación privilegiada. Tras el ostensible desapego entre Madrid y Washington durante los años de la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero, ahora toca una etapa de aproximación y una oportunidad de cimentar una sólida y duradera relación que evite nuevos sobresaltos.

La ocasión no es otra que la conmemoración del V Centenario de Florida en 2013. Con tal motivo, el gobernador de Florida, el republicano Rick Scott, está de visita en Madrid hasta el jueves 24 de mayo con el afán de recordar a las autoridades, empresas y opinión pública españolas el realce de tal celebración. Por su alcance histórico, cultural y comercial, el gobernador Scott pretende que el V Centenario de Florida sea una gran conmemoración. Desea recordar que Estados Unidos nació en Florida y que este Estado sigue siendo clave como centro del triángulo comercial y cultural entre Europa, Estados Unidos y Latinoamérica.

Además, una quinta parte del electorado actual de Florida es de origen hispano, con lo que está fuera de toda duda su influencia política en todo el país y, sobre todo, su peso cada cuatro años cuando se elije al presidente de Estados Unidos.

La Corona española invirtió enormes recursos en la exploración de Florida y del sureste y suroeste de Norteamérica

La oportunidad para España de aprovechar lo más posible este acontecimiento se justifica plenamente si repasamos la historia y retrocedemos cinco siglos para entender cómo con la fundación de Florida en 1513 comenzó la exploración del sureste y suroeste del territorio de Norteamérica por los exploradores españoles y, en definitiva, se gestó el principio del nacimiento de Estados Unidos.

El castellano Juan Ponce de León, primer gobernador de Puerto Rico, bautizó como Florida un territorio inhóspito del que se desconocía entonces si era una simple isla o la península de un enorme continente. Ponce divisó una costa repleta de flores el domingo de la Pascua Florida de 1513 y de ahí surgió el nombre de La Florida. Llegó a un punto cercano a lo que luego sería Puerto Cañaveral. En los mapas españoles del siglo XVI ya aparece la palabra Canaveral (sin eñe) y resulta llamativo el paralelismo de lo que entonces representó la Era de la Exploración con lo que 450 años después supuso ese mismo Cañaveral para la historia de la humanidad con el comienzo de la exploración espacial y la llegada del hombre a la Luna.

Ponce de León quedó asociado al mito de la búsqueda de la fuente de la eterna juventud. Mito que surgió muchos decenios después. Sin embargo, su principal contribución, además de la fundación de La Florida, fue encontrar la corriente del Golfo; una corriente que impulsaba a los barcos con más fuerza que el viento y que cambió radicalmente el flujo de los galeones entre España y América. La Corona española invirtió enormes recursos en la exploración de Florida y del sureste y suroeste de Norteamérica hasta que en 1565 se logró la fundación de San Agustín, la primera ciudad de Estados Unidos por el gran marino asturiano Pedro Menéndez de Avilés. Hasta 1821, con escasos intervalos, la bandera española ondearía poderosa en Florida.

En un país con más hispanohablantes que en España parece obligado que se consoliden unos lazos basados en 500 años de historia común

Sorprende el enorme contraste entre esa compacta huella hispana presente a lo largo de Estados Unidos con la apatía entre ambas naciones. No hay ninguna duda histórica sobre la trascendencia de Florida en el nacimiento de Estados Unidos o de la profunda estela que dejaron los exploradores españoles en todo el país. Cierto es que no ha habido —ni apenas habrá— ningún interés en la parte anglo en destacar esa influencia, pero lo que resulta aún más sorprendente es el desinterés español por reivindicar esa parte de la historia o defender con más determinación la importancia del legado hispano.

Florida, con casi 22 millones de habitantes, recibe cada año 80 millones de turistas y con una fuerte campaña de marketing el gobernador Scott pretende que otros 10 millones de visitantes vengan atraídos no por los parques de Orlando, el sol, las playas o la sofisticación de Miami sino por la cultura y la historia. En su visita a España, el gobernador Scott aspira, además, a captar más inversiones españolas para su Estado y que Florida siga siendo la puerta de entrada para las empresas que quieren establecerse en Estados Unidos y en Latinoamérica.

Más de 350 empresas españolas ya están presentes en Florida —mucho más que en ningún otro estado— y el número seguirá creciendo por la búsqueda de nuevas oportunidades de mercado, más aún con la magnitud de la crisis que sufren España y Europa y una seguridad jurídica en las inversiones que contrasta con los vaivenes sufridos en algunos países latinoamericanos.

Por eso la conmemoración del V Centenario de Florida ofrece una oportunidad única de reclamar ese legado cultural e histórico y reforzar las relaciones políticas y comerciales con Estados Unidos, lo que ayudaría a su vez a fortalecer la presencia global de España en el mundo. En un país con más hispanohablantes que en España y con un imparable crecimiento de la influencia de las comunidades hispanas parece obligado que se consoliden al máximo unos lazos basados en 500 años de historia común. No cultivar esta ocasión histórica por las urgencias del momento de crisis económica supondría desaprovechar una ocasión excepcional.

Con ese propósito de reivindicar el legado hispano y subrayar la importancia de los vínculos culturales, históricos y comerciales con Florida y Estados Unidos, un grupo de empresas españolas creó en 2008 la Fundación España-Florida 500 años. El propósito no es otro que vincular la historia y la cultura con el desarrollo comercial entre ambos países para que se conozca mejor la contribución histórica española a Florida y a Estados Unidos y se valoren más los productos y servicios de las empresas españolas. Es decir, fortalecer la marca y la imagen de España. Una marca que aparece demasiadas veces difusa por la falta de consistencia en las campañas que han buscado más el rendimiento a corto plazo que la firmeza con objetivos a largo plazo. Para lograrlo, la Fundación España-Florida 500 trabaja en la organización de una serie de actividades culturales, educativas y comerciales. Desde una gran exposición de historia en el Museo Frost de Miami, en la que se utilizará el mito de la fuente de la eterna juventud en torno a la figura de Ponce de León, a sendos conciertos de música pop y clásica con temas de artistas y compositores latinoamericanos, así como eventos deportivos y seminarios en colegios y universidades. Y sin que falten actividades comerciales para mostrar la marca España.

La visita del gobernador Scott a Madrid, durante la que entregará una invitación personal al Rey Juan Carlos para que presida los principales actos de la primavera del 2013, servirá de esta manera para despertar el interés de las autoridades españolas de un acontecimiento histórico de enorme relevancia en las relaciones bilaterales.

Un mes después de la visita del gobernador Scott a Madrid, ambos países volverán a encontrarse para confirmar el nuevo clima de acercamiento durante la reunión del 22 al 24 de junio del Consejo España-Estados Unidos en New Jersey, bajo la presidencia del senador Bob Menéndez, el líder político hispano más representativo y respetado en Washington. A la cita acudirán la secretaria de Estado Hillary Clinton, varios secretarios del Gobierno del presidente Barack Obama y ministros del Gobierno español, además de una amplia representación empresarial española. La reunión servirá para sentar las bases de una nueva y sólida era de cooperación bilateral tras las oscilaciones de los últimos años.

Porque España no puede permitirse el lujo de obviar la construcción de una relación firme con un país cuyas raíces son netamente hispanas, ni desaprovechar su influencia con la vibrante comunidad latina de Estados Unidos.

Emilio C. Sánchez es presidente de la Fundación España-Florida 500 años y director general de voxxi.com.

 

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