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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El príncipe del tiempo

Hay actividades inocuas pero interesantes para miembros de casas reales

MARCOS BALZAGÓN

En el mundo de las casas reales, los príncipes herederos juegan un difícil papel. Son el eterno sucesor  y están obligados a ser discretos y, al tiempo y sin pasarse, hacer guiños inteligentes capaces de generar un cierto afecto en sus futuros súbditos. El caso de Carlos, duque de Cornualles y príncipe de Gales, es quizá el más complicado. A punto de cumplir la edad de la jubilación —en noviembre alcanza los 64 años— no solo no ha recibido la corona que aún lleva su madre, sino que los expertos especulan con la posibilidad de que esta pase directamente a manos de su hijo debido a su matrimonio con una divorciada.

La BBC le acaba de dar la oportunidad de enterrar por un instante su habitual discreción y apuntarse un buen tanto a su favor. En una visita a los estudios de la BBC en Escocia y con motivo del 60º aniversario de la cadena pública, aceptó la invitación de convertirse por unos minutos en el hombre del tiempo y leyó con soltura el texto que hablaba de los nubarrones que se cernían sobre los cielos británicos. El príncipe Carlos no solo leyó bien el texto, sino que añadió algún comentario jocoso sobre el mismo cuando tuvo que citar las previsiones sobre alguno de sus castillos. Su esposa, Camila Parker-Bowles, se mostró mucho más envarada ante las cámaras, lo que, en contraste, dotó aún de más brillo la actuación de su marido.

El príncipe Carlos ha demostrado en otras ocasiones tener otras habilidades, inquietudes distintas de la de reinar y, sobre todo, una sensibilidad medioambiental que solo ofrece beneficios de imagen. De hecho, es el presidente de la organización WWF. La exhibición de sus dotes como presentador es un buen ejemplo del tipo de actividades inocuas pero interesantes a las que pueden dedicarse los miembros de las casas reales.

Una buena elección puede ser muy rentable y, de paso, marcar distancias y un nuevo estilo. Carlos irritó a la diplomacia española haciendo escala en su luna de miel en Gibraltar con su primera esposa, Diana de Gales. Ahora son otros tiempos y es su hermano pequeño, Eduardo, el que visitará en junio Gibraltar desatando un nuevo episodio de tensión entre Madrid y Londres. ¿No podría dedicarse a anunciar el premio de la bonoloto?

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