Primicia en el mundo árabe
El debate televisado entre los dos principales candidatos a las presidenciales apasionó a los egipcios
Millones de egipcios se agolparon en las calles, en recintos públicos y en sus casas ante los televisores para un momento histórico. En la noche del jueves se produjo algo que nunca había ocurrido en el mundo árabe: un debate entre los dos candidatos en cabeza en las encuestas para las presidenciales de Egipto del 23 y 24 de mayo.
Durante cuatro horas que entraron en la madrugada, en un cara a cara retransmitido por dos cadenas privadas y llevado por dos famosos presentadores, se enfrentaron Amr Musa, secretario de la Liga Árabe cuando las revueltas a principios de 2011 y exministro de Exteriores del depuesto Hosni Mubarak, y Abdel Moniem Abulfutú, islamista moderado que se separó un año atrás de los Hermanos Musulmanes. Ambos llevaban gafas, traje oscuro y corbata, y esas canas que da cierta edad, el uno 75, el otro 60 años. El primero se presentó como “la voz de la experiencia”. El otro, como “el candidato de la revolución”
Fue un debate a menudo duro. Musa acusó a su rival de “inventar la historia” y de carecer de experiencia, y este replicó que “los que han creado el problema no pueden resolverlo”. En las interrupciones, la gente discutía con pasión en los cafés. Aunque en materia económica, educación, sanidad, la reforma de la policía o Israel coincidieron bastante, pasaron como sobre ascuas —limitándose a pedir que se quedaran al margen de la política— sobre el futuro de las Fuerzas Armadas, que son las que de verdad mandan y controlan un 30% de la economía del país.
En cuanto al papel de la ley islámica, la sharía, Abulfutú tiene ventaja sobre Musa, que fue sumamente cauto al respecto, y tuvo que defenderse de haber sido parte del régimen anterior. Una encuesta del Centro Pew señala que un 66% de los egipcios, casi 20 puntos más que tan solo dos años atrás, quieren que el islam desempeñe un mayor papel en su sociedad y que el Corán inspire la elaboración de las leyes en el país.
En 30 años de dictadura, los egipcios nunca habían podido disfrutar de un espectáculo así. Para abrir boca, las cadenas emitieron el famoso debate de 1960 entre Kennedy y Nixon. Pese a los problemas que esperan a Egipto, su primavera ha cambiado muchas cosas.
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