Andalucía: una consejería de igualdad menos "por la crisis"
Por Isabel Pedrote
Quizás sea pronto, pero la desaparición de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social del nuevo Consejo de Gobierno del socialista José Antonio Griñán en Andalucía no ha movido nada. Ninguna crÍtica significativa, ni fuera ni dentro de los dos partidos que componen el Ejecutivo de coalición (PSOE e Izquierda Unida), y mucho menos manifiestos o quejas de organizaciones de mujeres. Da la impresión de que se haya instalado a la manera de las certezas incuestionables la idea de que, en tiempos de angustia económica y recortes, la igualdad no es prioritaria. Que es una especie de adorno prescindible cuando arrecia la crisis, así como que los conceptos de seguridad y confianza están ligados inexorablemente al género masculino.
Desde la Junta sostienen que no se debe interpretar la caída del cartel de esta nomenclatura como una claudicación de las convicciones. Dicen que responde al recorte de consejerías "debido a la crisis económica", que han pasado de ser 13 a solo 11, con el atenuante de que se trata de un ajuste que se produce sobre otro anterior (de 15 a 13). También aseguran que la visibilidad se mantiene intacta, pues ocupa un lugar de lujo de la prelación del Gobierno andaluz, de modo que el nuevo encaje es Consejería de la Presidencia e Igualdad. El propio Griñán aludió en la toma de posesión del Ejecutivo, el lunes día 7, a que la apuesta por la igualdad en su política es manifiesta al incluir en la consejería de más poder, Presidencia, sus competencias.
Fuentes del PSOE, por su parte, explican que el cambio obedece a un movimiento en clave partidaria. La antigua titular de Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro, señera rubalcabista, era la persona que un sector de la formación apuntaba como relevo de Griñán (afín a Carme Chacón) en el caso de que el PP de Javier Arenas hubiera llegado a alcanzar la mayoría absoluta y llevado por delante la fortaleza de los socialistas andaluces. Es decir, que la operación de ostracismo de Navarro se ha ejecutado por la vía harto expeditiva de eliminar su departamento para prescindir de ella.
Lo cierto es que, una vez más, ya sea por criterios economicistas o por la batalla interna del PSOE, Igualdad ha pasado de ser una consejería independiente a un añadido, o lo que es lo mismo: una de las primeras fichas del dominó que se derriban y con ella toda una simbología de la izquierda.
En la estructura del Gobierno que salió publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), Presidencia e Igualdad asume el Instituto Andaluz de la Mujer, un organismo autónomo que se había devaluado mucho en los últimos tiempos al gozar de una cartera con los mismos objetivos, y la coordinación de todas las políticas de género. No se dice más, ni el flamante Gobierno (que no tiene ni un día de vida) acierta a explicar con algo de enjundia los movimientos. Pero a primera vista es precisamente la coordinación la que se va a ver más afectada, ya que todo lo referente a la violencia machista para a la Consejería de Justicia e Interior, que dirige el fiscal Emilio Llera.
No obstante, hay que resaltar que el acuerdo programático de la nueva coalición de Gobierno de PSOE e IU, que tiene 75 folios, dedica un amplio apartado a las políticas de mujer y las sitúa en un lugar preferente, con reformas que suponen avances en las leyes de Igualdad y de Violencia de Género, además de insistir en la “transversalidad” en todas y cada una de las consejerías. Habrá que esperar para saber si la “seriedad” de la crisis no barre estos compromisos de la escena y los que se han proclamado defensores de tal revolución aguantan y no desertan abruptamente.
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