Prohíben, decretan, reprimen

Resulta que, como cada año, un grupo de personas se dirigía en mi Comunidad, la de Castilla y Leon, a rendir su personal homenaje a los comuneros en la fiesta de Villalar (Valladolid). Llevar unas flores y decir unas palabras.

Antes de llegar a la plaza donde se encuentra el monumento, un cordón formado por la Guardia Civil les impidió el paso a tan “subversivo” acto sin más explicación. Leo la noticia de refilón sin pararme mucho a pensar. Es difícil ahondar en cada una de las escabrosas noticias que se leen a diario y por centenas en los diferentes medios y redes sociales.

Enfocada en mi camino y en el “exilio” en un país vecino, intento no desviar mucho la atención de mis objetivos y perderme en esa marea de calamidades que se suceden día sí, día también. Sin embargo, por la noche, la noticia desechada se me clava como un aguijón.

Me imagino a la comitiva, señores y señoras portando sus banderas comuneras y celebrando un 23 de Abril más. Me imagino su estupor ante la inexplicable presencia de los agentes que les impiden el paso, así, sin más, como se hacen las cosas en estos días.

Así, sin más, la resistencia pasiva es un acto de violencia contra la Policía armada hasta los dientes. Así, sin más, decretazo para poner de nuevo la televisión pública como medio de propaganda del Gobierno. Así, sin más, silencian o dan bombo a su antojo.

Prohíben, decretan, congelan, reprimen y condenan. Vuelvo a la foto, la amplio en el ordenador, veo la impotencia de la gente. ¿Por qué nos hacéis esto?— A. Julia Fernández Alonso.