Más allá de decisiones individuales, la participación económica de las mujeres está determinada por dos elementos estructurales que son diferentes en cada país: el Estado de bienestar –servicios públicos de educación, salud y asistencia social- y el régimen de género –el reparto de roles y responsabilidades laborales/familiares entre mujeres y hombres.
La incorporación masiva de las mujeres al empleo en los últimos 30 años se ha visto doblemente favorecida por la creación del Estado de bienestar español: las mujeres han encontrado empleo en los servicios públicos de educación, salud y asistencia social –como médicas y enfermeras, maestras, puericultoras, profesoras, etc.- y al mismo tiempo esta oferta de servicios gratuitos ha aligerado la carga de responsabilidades familiares, facilitando la permanencia femenina en el puesto de trabajo.
Ante la cuestión de si los recientes recortes sociales pueden afectar más a las mujeres que a los hombres, la respuesta es afirmativa, porque el ahorro se lleva a cabo a través del aumento de horas de trabajo y la reducción del personal educativo, sanitario y de servicios sociales, abrumadoramente femenino.
Con datos de la Encuesta de Población Activa, para el 4º Trimestre de 2011 son casi dos millones de empleos y más del 23% del empleo femenino: 800.000 mujeres ocupadas en Educación (casi el 10% del empleo femenino) y más de un millón en Salud y Asistencia social (8% y 5,2% del empleo femenino respectivamente). A los hombres les afectará menos, ya que en educación, salud y asistencia social son sólo 700.000 ocupados (7,5% del empleo masculino).
Más allá de estos efectos directos, también les afectará en términos indirectos, ya que la reducción de la oferta de servicios sociales hace más difícil la conciliación y, de esta manera, pone en peligro la permanencia en el empleo. Ello es así porque el régimen de género español todavía atribuye roles diferentes a los hombres –cuya responsabilidad primordial sería traer el sustento económico al hogar, aunque también quieran a sus hijos y se ocupen cada vez más de ellos- y a las mujeres –cuya primera responsabilidad sería cuidar de la familia y educar a los hijos, aunque también contribuyan al sustento económico con su empleo. En España la conciliación es todavía un asunto de mujeres y estamos bastante lejos de la corresponsabilidad. Un ejemplo: el Ministerio de Educación eliminó sin parpadear los planes de aumento de la oferta educativa hasta los 3 años, alegando que no era educación sino conciliación.
Otro efecto no menos importante está relacionado con la mentalidad desde la que se aplican los recortes. En el caso del Gobierno actual, los recortes se han visto precedidos – de manera un tanto extemporánea- por una híper reafirmación de la maternidad como elemento exclusivo en la definición de la identidad femenina. Lo malo es que la reforma laboral que se está discutiendo en el Parlamento no incluye medidas que garanticen que las mujeres embarazadas o ya madres no sean las primeras en ser descartadas –es decir, despedidas- aplicando cualquiera de las nuevas medidas de flexibilidad. De esta manera las mujeres se verán enfrentadas, de manera más dura si cabe que actualmente, al dilema entre maternidad y carrera profesional. Los efectos son negativos para ellas y para el crecimiento económico: que se reduzca la tasa de actividad femenina, que se reduzca, alternativamente, la fecundidad, o que se reduzcan las dos.
Pero con menos servicios de salud y asistencia social el problema no es solo la maternidad y el cuidado de los hijos. Hay otros momentos del curso de la vida no menos complicados para las mujeres. El alargamiento de la esperanza de vida, si no se proveen suficientes servicios de atención sanitaria y social, aumenta las cargas familiares, y de nuevo aquí el régimen de género perjudica a las mujeres. Si en Suecia una persona mayor se rompe la cadera, recibirá atención pública tanto hospitalaria como en el hogar; ante esta misma situación, en España, lo más probable es que alguna de las mujeres de su entorno –hija, nuera, hermana- tenga que dejar de trabajar para hacerse cargo de su cuidado. Todas las mujeres acabarán pasando por el momento de la generación sándwich: no solo cuidar de sus hijos, sino de sus padres al mismo tiempo.
Cecilia Castaño es catedrática de Economía Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid.
Comentarios
A enero de 2012, la tasa de paro masculina estaba en el 22,46% y la tasa de paro femenina en el 23,32%. Prácticamente a la par. ¿Ese dato no le dice a la autora nada? ¿No es relevante para su argumentación? Decir que los recortes los sufren más las mujeres que los hombres tomando solo las parcelas que interesan para el discurso no es reflejar la realidad sino adaptarla a nuestras premisas. ¿Ha tenido en cuenta la autora que los recortes abarcan muchas más áreas? ¿En qué medida, tomando todas las áreas recortadas, afectan los recortes por sexos?
en un sistema patriarcal, la mujer siempre va a estar en desigualdad de condiciones. y a al hora de que las cosas van mal. usted sabe perfectamente que no somos iguales ni de lejos y que existe una fuerte desigualdad. Prueba de ello es lo q ha escrito.
Vengo para PARTIRME DE RISA DE VOSOTRAS, ¿no os lo teníais tan creido después de que os haya comido el coco Zapatero y su "política" del feminismo? Que hasta algunas ignorantes decían que "las mujeres son mejores que los hombres" (jajajjajaja, me parto, 98% inventos = hombres, hombres somos + altos, hombres somos + fuertes, hombres somos + guapos (los que nos cuidamos)). Pues ahora A APECHUGAR! No vengais de victimas nunca más, QUE YA NO CUELA, IR A LLORARLE AL ZAPATERO, QUE HA SIDO LA QUE OS HA COMIDO EL COCO, CREO QUE LA SITUACIÓN EN LA QUE ESTÁ ESPAÑA HA DEMOSTRADO MÁS QUE DE SOBRA QUE EL FEMINISMO NO FUNCIONA. AHÍ OS QUEDAIS, VIEJAS, SOLAS Y SIN UN DURO, EL TIEMPO OS HA PUESTO EN VUESTRO SITIO, COMO A MUCHOS
Después de leer la noticia del de 87 que asesinó a su maltratada esposa de 74 (creo) que le cuidaba quería comentar lo siguiente al ver esta noticia: 1. que con la edad la gente adquiere demencias seniles, se vuelven insoportable y hasta violenta y más mal bicho de lo que era, y si no hay un apoyo familiar o social, el cuidador (y por edad y educación suele ser aún mujer) termina agotado o, en este caso, hasta es víctima de un delito. De manera que la falta de ayudas y el que los hijos pasen de marrones (los asilos públicos son pocos o los que hay caros) han de aguantar lo que no pueden aguantar. Pues bien no aguantes, señoras. Todo el mundo, incluido el estado supuestamente del bienestar que en España nunca hubo en realidad, les dirá que han de cumplir con esa faena gratuita, pero si han de jugarse la vida con ello quédense solas y tranquilas y para sacarse unos eurillos si les hacen faltan, pues cuiden pero a otros, a horas, como un trabajo. Mucha gente, como el tipo ese no lo merece. NO se sacrifiquen. Ni Iglesias ni rosarios. Primero la vida !!! Igual las empiezan a respetar.
Gracias a todo machista, fascista y retrogrado/a. Le doy las gracias por su estupidez acumulada que únicamente sirve para fomentar el odio entre los ciudadanos de un país que cada vez se encuentra en una mayor decadencia tanto social como económica y en el cual todos, tanto hombres como mujeres están sufriendo de algún modo. Esas personas que se creen racionales y poseedores de una moral, les aconsejaría que practique un poco más la empatía, ya que en momentos como estos se ha de estar unidos.En contestación a Paul, si de verdad disfrutas con el mal ajeno, lo siento de verdad por tu persona.
Es verdad que aun existe desigualdad y que vivimos de ella, pero aun asi, hay partes del mundo donde a la mujer se le trata de dar su lugar...
Muy interesante eso de que la crisis afecta a sectores laborales netamente femeninos ¿y la construcción? ese es el sector que mas puestos de trabajo ha perdido en los últimos 4 años ¿que porcentaje de mujeres trabajan en el andamio? ¿se puede hacer una lectura mas sesgada de la realidad? aps perdón este es un blog de mujeres para mujeres...
Yo soy mujer, tengo 35 años, y creo que uno de los grandes lastres de las mujeres es la maternidad. No el parir a los hijos, pero si el creerse que son las únicas que pueden cuidarlos y hacerse cargo.
La mayoría de mamás jóvenes que conozco, son ellas mismas las que no quieren separarse de sus bebés ni a sol ni a sombra, y renuncian a cualquier otra faceta para entregarse en cuerpo y alma a los hijos.
Muchos de los handicaps que seguimos teniendo las mujeres nos los buscamos nosotras mismas. Tener hijos no es una obligación, y mucho menos hacerse cargo de ellos en exclusiva y por voluntad propia. Muchas incluso son incapaces de dejar a sus hijos al cuidado del padre, y ni que decir de los divorcios, en los que hay muchos hombres deseando poder compartir la educación de sus hijos y son totalmente excluídos, eso sí, que les pasen la manutención sin demora.
Creo que las propias mujeres nos hacemos flaco favor en eso, en muchos casos seguimos prefiriendo que nos mantengan y llevamos nuestro papel maternal al extremo de reclamar nosotras mismas la exclusividad absoluta en el cuidado de nuestros hijos.
Yo, por mi parte, prefiero trabajar y mantenerme por mí misma antes que traer un hijo a este mundo para que me tengan que mantener mientras lo cuido y que después me cuide a mi cuando sea vieja. Pero es que no tener hijos también está mal visto, entonces... ¿qué queremos?
La desaparicion del estado de dictadura mediatica, educativa y financiera en el que vivimos es una gran noticia.Cuanto antes quiebre la educacion de hoy dia, que no es mas que adoctrinamiento como su propio nombre indica, la sanidad que solo es cronificacion de la enfermedad y los bancos que nos tienen de esclavos de su dinero, mejor.Antes volveremos al orden natural de independencia familiar en el que el hombre mantiene a todos los miembros de la familia y las familias estan unidas. Los hombres somos de lejos mucho mas capaces de defender nuestro sustento que las pusilanimes mujeres. Sino vease quien esta siempre llevandose los palos en las revoluciones.Cuantas mas mujeres se despidan y menos estado haya, mas precariedad habra, y cuanta mas precariedad mas fiereza masculina a la hora de defender el sustento de las familias, es decir, mas revolucion.
Sí, las mujeres, colectivamente, siempre sufren el doble. incluso, individualmente, cada mujer sufre el doble que la mujer de al lado. ¡Ay, ay y ay!
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