Michelle Obama suda para luchar contra la obesidad infantil
La Primera Dama entrena junto a los concursantes de un ‘reality show’ en la Casa Blanca
“¿Alguien puede traerle una toalla a la Primera Dama?”. Son las primeras palabras que pronuncia una Michelle Obama empapada en sudor después de una sesión de entrenamiento en uno de los suntuosos salones de la Casa Blanca. No se trata de una escena acaecida en la intimidad del 1600 de la Avenida Pensilvania, la dirección de la residencia del presidente de Estados Unidos, es la imagen que ayer pudo contemplar la media de 5,7 millones de espectadores que siguen cada semana el reality show Biggest Loser.
La esposa de Barack Obama invitó a los participantes del concurso -que premia a aquel que logre perder más kilos a lo largo del programa- a visitar la Casa Blanca. El hecho de que sea la primera vez que se televisa un entrenamiento en la vivienda del jefe del Estado más poderoso del mundo no es casual. La iniciativa de la Primera Dama se enmarca dentro de su implicación en el programa del Gobierno Let´s Move para luchar contra la obesidad infantil, que pretende concienciar a los jóvenes de EE UU a llevar una vida sana.
Michelle Obama recibió a cada uno de los seis concursantes que continúan en el reality y a sus familiares saludándolos por sus nombres. “Es uno de mis programas preferidos porque sus participantes son un ejemplo de que se puede cambiar para mejor”, explicó la mujer del presidente, que trasladó a sus invitados la importancia de transmitir a los menores unos hábitos saludables. “Un tercio de los niños de EE UU está en riesgo de sufrir obesidad y por eso es tan importante que vosotros deis ejemplo. Todas las opciones que tomamos, todo lo que hacemos, va a afectar a nuestros hijos”, les dijo antes de dar comienzo a una sesión de ejercicio en los que la Primera Dama corrió e hizo flexiones junto al resto de los protagonistas del concurso, entusiasmados por compartir con ella 20 minutos de esfuerzo físico y sacrificio.
Obama demostró su buena forma física haciendo abdominales en el programa de Ellen Degeneres
Biggest Loser se emite todos los martes a las ocho de la noche en el canal NBC y es el tercer programa más visto en su franja horaria, por detrás de la serie NCIS y de otro reality, Dancing with the Stars. En torno al concurso, que va por su decimotercera temporada en EE UU -se estrenó en 2004- y tiene versiones en otros 25 países, se ha generado un negocio de paralelo que incluye libros de cocina o vídeos de gimnasia.
La Primera Dama se siente a gusto delante de las cámaras, no en vano está bastante acostumbrada a acudir a la televisión para hablar sobre las campañas en las que está implicada. Como parte de la promoción de la iniciativa Let´s Move, la señora Obama intervino en los talk shows de Ellen Degeneres y Jimmy Fallon. Con la primera, Obama demostró su buena forma física haciendo abdominales y con el segundo, compitió en una carrera de sacos. Su última entrevista se la concedió a Jay Leno el pasado marzo. La Casa Blanca ha anunciado que este miércoles será la invitada en el programa del humorista Stephen Colbert, The Colbert Report.
Pero las apariciones catódicas de la Primera Dama no se limitan a las entrevistas, también ha intervenido en la serie del canal Nickelodeon ICarly y ha plantado hortalizas con los Teleñecos en el jardín de Barrio Sésamo. Los concursantes de Biggest Loser tampoco son los primeros protagonistas de un reality que visitan la Casa Blanca. En 2010, los participantes de Iron Chef America tuvieron la oportunidad de cocinar con el chef de la residencia del presidente de Estados Unidos. Un año después, fue la propia Obama quien viajó hasta Fayettevile (Carolina del Norte) para dar su apoyo a la familia de un veterano de la Marina de EE UU que trataba de construir su propia vivienda en el programa, Extreme Makeover: Home Edition. La intervención de la Primera Dama se enmarcaba dentro de su campaña de apoyo a Joining Forces, una iniciativa nacional para mejorar las oportunidades de las familias de militares y veteranos estadounidenses, la misma que mañana promocionará en el show Colbert.
Michelle Obama y su equipo están demostrando un buen olfato a la hora de elegir sus apariciones televisivas. Las insólitas intervenciones de la mujer del presidente, que lo mismo bromea, como hace abdominales o cocina, reflejan el perfil cercano, simpático y, por qué no decirlo, todoterreno, de la Primera Dama. Una imagen que no había mostrado ninguna de sus predecesoras, de la que se benefician las audiencias de los programas a los que acude y que en absoluto perjudica a la campaña para la reelección de su marido.
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