Republicanos divididos
La lucha escora el debate hacia la derecha y despeja el centro en EE UU para Obama
La lucha entre los republicanos se va a alargar más de lo previsto, en beneficio de Barack Obama. El supermartes de primarias en 10 Estados no ha resultado concluyente, aunque cada vez se afirma más Mitt Romney como el que resultará elegido candidato del Gran Old Party. Pero necesitará todavía mucha paciencia, seguir luchando, aguantar y esperar.
Romney lleva conseguidos 354 delegados con vistas a la convención republicana que en agosto habrá de decidir el que se enfrentará a Obama. Necesita 1.144. La carrera será larga. Y será, como lo ha sido este martes, una elección entre el candidato con más posibilidades de resultar elegido en noviembre, o el que representa al verdadero conservadurismo. Y en esto último, que no en delegados (147), Rick Santorum le gana a Romney, pese al giro hacia la derecha de este en las últimas semanas. En la crucial primaria de Ohio solo ha ganado por un punto a su inmediato rival. Santorum, sin embargo, tiene un doble problema: competir con su principal adversario, y a la vez evitar que Newt Gingrich, victorioso en la Georgia que representó en el Congreso durante 20 años, le robe votos entre los más conservadores.
Con esta división, el debate entre republicanos se va escorando cada vez más hacia la profundización del conservadurismo, con temas como la oposición al aborto, el papel de la religión en la esfera pública, la oposición a una sanidad pública o la política exterior, especialmente hacia Irán. La sombra del extremista y antipolítico Tea Party se proyecta sobre todos ellos, influyendo en la radicalización del debate entre republicanos. Obama se estará frotando las manos, pues el centro del campo —que es donde se ganan las elecciones presidenciales en EE UU— se está quedando cada vez más despejado para conquistarlo y renovar su mandato. Y cuanto más se prolongue la incertidumbre sobre su rival republicano, más terreno ganará.
De momento, la diferencia entre Obama y sus posibles rivales, ya sea Romney, ya sea Santorum, se va ampliando con la mejoría de los indicadores de la economía y el empleo en EE UU. Pese al debate ideológico entre los candidatos republicanos, lo que preocupa en primer grado a los ciudadanos estadounidenses que votarán, no en las primarias republicanas, sino en las presidenciales en noviembre, es la situación económica. Y esto será lo que probablemente inclinará de un lado u otro la elección presidencial.
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