¿Por qué Lu Wenyu no ha ganado el Premio Pritzker?
Ha vuelto a pasar. En la reseña del último Premio Pritzker para las páginas de cultura de El País la descripción del esforzado y reivindicativo trabajo del estudio Amateur Architecture constataba la acción política del nuevo galardón, explicaba la oportunidad de cambiar de rumbo de la propia arquitectura y preguntaba por qué, una vez más, la socia fundadora de un estudio familiar se ha quedado sin premio.
En 1991 Denise Scott Brown no acudió a la ceremonia de entrega del galardón a su marido, Robert Venturi, que le dio las gracias por su ayuda y dedicó el triunfo a su madre. Desde entonces, sin embargo, Denise ha exigido que se mencione siempre a ambos, a su marido y socio y a ella misma, en la titularidad de los trabajos que realizan conjuntamente. Que el reconocimiento empieza por el recuerdo, y el respeto del propio nombre, es algo que no se le escapó a Beatriz Colomina cuando constató en sus investigaciones la cantidad de veces que Le Corbusier escribió mal el nombre de su admirada Eileen Gray, cuya vivienda en Roquebrune E.1027 le obsesionó tanto como para levantar su propia cabaña (cabanon) a sus pies.
Sin embargo, que los arquitectos quedan huérfanos sin el reconocimiento que merecen (los que lo merecen, naturalmente) no pasó inadvertido hace dos años a los prestigiosos miembros el jurado del Pritzker cuando decidieron premiar de manera conjunta a Kazujo Sejima y a Ryue Nishizawa (Sanaa) la socia fundadora y el nuevo socio del estudio japonés. Preguntada la secretaria ejecutiva del Pritzker, Martha Thorne, durante un almuerzo publicado en este diario, por un posible tinte sexista en la concesión de los premios, Thorne aseguró que cuando se asociaron Venturi y Scott Brown, él tenía ya una extensa carrera y, aunque es cierto pasaron a firmar de manera conjunta, él ya había publicado Complejidad y contradicción en la Arquitectura Moderna. Pesaron más esos trabajos en solitario que otros, como el famosísimo Aprendiendo de la Vegas o On Houses and Housing, que el matrimonio firmó al alimón y, por lo tanto, de los que Scott Brown es coautora.
Casi dos décadas después, en el año 2010 algo hizo pensar que las cosas podían haber cambiado. Los diez años de ejercicio profesional de Sejima en solitario, y la reputación de la arquitecta antes de iniciar su colaboración con Nishizawa no fue óbice para que el que antes había sido su colaborador –y entonces ya socio y pareja- fuera también reconocido con el Pritzker. El galardón a Sejima ofrecía la posibilidad de pensar que el jurado del Pritzker había rectificado y trataba de enmendar un error que, en el caso de los hombres (se han premiado otras parejas como Herzog & de Meuron), nunca había sucedido pero que sí lo había sufrido una mujer. El último premio demuestra que esa supuesta rectificación no era más que una ilusión. La arquitecta Lu Wenyu, que fundó Amateur Architecture con Wang Shu en 1998 y que, además de fotografiarlos, realiza con su marido todos los proyectos del estudio, se ha quedado sin premio.
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