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Inglaterra se ensaña contra el 'bocazas' Sean Penn

El actor escribe una columna en un periódico británico para clarificar sus declaraciones sobre las islas Malvinas

Sean Penn el 14 de febrero de 2012.
Sean Penn el 14 de febrero de 2012.CORDON PRESS

El actor Sean Penn nunca ha tenido pelos en la lengua, pero acaba de demostrar que quizá le sobra un poco de ingenuidad. En un artículo publicado el viernes en The Guardian intenta clarificar sus declaraciones del pasado día 12 sobre las islas Malvinas. Aquel día, tras entrevistarse en Buenos Aires con la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner en su calidad de representante itinerante de Haití, Penn hizo un llamamiento al diálogo entre Argentina y Reino Unido para resolver su contencioso sobre el archipiélago del Atlántico Sur y puso en cuestión la a su juicio provocadora presencia allí estos días del príncipe Guillermo. Quienes le criticaron entonces le vuelven a criticar ahora.

En su artículo en The Guardian se queja de que sus palabras fueron “reproducidas a través de extractos y manipulación flagrante” y “cuestionadas por la claramente corrupta y nada concienzuda máquina de propaganda que es la mayoría de la prensa británica”, que presentó su llamamiento al diálogo como una invitación a que los actuales habitantes de las Malvinas sean deportados de las islas o forzados a convertirse en argentinos. Y lamenta que en las islas británicas se hiciera especial hincapié en su referencia al “arcaico colonialismo” que en su opinión supone la posición británica en el conflicto.

Penn parece pecar de ingenuidad porque este segundo intento ha sido recibido con la misma hostilidad por quienes se abalanzaron contra él después del primero, calificándole de izquierdista ignorante o cuestionando su derecho a aprovechar su fama para opinar de un asunto del que, sostienen, no sabe nada o sabe muy poco. Al margen de presentar de forma seguramente manipuladora sus palabras de hace unos días como un ataque a Reino Unido y a los habitantes de las Malvinas, la prensa británica le reprochaba dos puntos en los que a su juicio el actor demuestra que no sabe muy bien de qué habla.

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Por un lado, le recuerdan que Londres no ha enviado un barco de guerra a las Malvinas por el hecho de que esté allí el príncipe Guillermo o porque se haya incrementado la tensión en los últimos meses, sino que desde la guerra de 1982 siempre hay un buque de guerra británico en aguas de las Malvinas para disuadir cualquier tentación de ataque militar. Se trata de un relevo de buques, no de un incremento de la presencia militar.

Por otro lado, y aquí hay más enjundia patriótica y posición de fondo que meros errores o ignorancia, los británicos le reprochan a Sean Penn el llamamiento al diálogo porque entienden que en la medida en que los isleños quieren seguir siendo británicos, no hay nada que negociar entre Londres y Buenos Aires.

En el fondo, lo que transpira en los feroces ataques de la prensa británica al actor estadounidense no es su posición sobre las Malvinas, sino su izquierdismo político. Pero, curiosamente, aunque los ataques proceden de la prensa de derechas, también han llegado desde la izquierda. En The Independent, por ejemplo, Tim Walker sostiene que Penn “ha estado parloteando sin tener ni idea de las Malvinas” y concluye que el problema es la falta de sentido del humor del actor. Le recomienda: “Haznos reír, Sean, y te perdonaremos”.

En la revista conservadora The Spectator, Rod Liddle advierte a sus lectores que le han pedido que no utilice el lenguaje soez en sus artículos, pero que tras leer el de Penn en The Guardian la única palabra que le viene a la cabeza es fuckwit, una forma muy grosera para definir con lenguaje callejero a alguien al que se considera totalmente ignorante.

Días atrás, en las páginas de The Telegraph, el historiador estadounidense Tim Stanley le pedía a Penn “que devuelva su finca de Malibú a los mexicanos” y cuestionaba el compromiso del actor con la clase obrera porque tiene un patrimonio de 150 millones de dólares (111 millones de euros) y hace años pasó 32 días en la cárcel por agredir a un extra durante un rodaje. Y la revista satírica The Daily Squib afirma, en la misma línea: “Sean Penn quiere que Estados Unidos devuelva las islas Hawai a los polinesios”.

En el ultranacionalista The Daily Mail, Alexander Boot sostiene que “los actores rara vez tienen muchas luces”. “Penn es un actor excelente, pero no es su talento lo que le ha dado una plataforma pública, sino su fama. Incluso aquellos que apenas le conocen o aprecian su talento saben que es alguien famoso. Y eso es lo que cuenta. Si algún día decide opinar sobre el conflicto entre la física cuántica y la teoría de la relatividad, los físicos sentirán vergüenza ajena pero el público escuchará lo que dice y asentirá”, sostiene. “Y os lo dice un nieto de actor”, advierte, para explicar que él sí sabe de qué habla al hacer esa afirmación.

Como no podía se de otra manera, el Mail se mofa de “el rey de los liberales de Hollywood” y afirma: “No hay prácticamente ni una sola causa izquierdista de moda que no haya defendido en los últimos años”. Y cita su fobia al Partido Republicano estadounidense su decisión de gastarse 47.000 euros en un anuncio “para atacar ‘la visión simplista sobre el bien y el mal’ del presidente George W. Bush”, su oposición a la guerra de Irak o su amistad con Hugo Chávez y Fidel Castro. Pero, para mucha gente, que te ataque el Daily Mail no deja de ser un honor...

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