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Cambio se escribe con a (femenina) en Egipto

Las mujeres egipcias se alzaron hace casi un año contra la dictadura de Hosni Mubarak. Pasaron días y noches en la plaza de Tahrir y cuando la revolución acabó se les pidió que regresaran a sus casas y siguieran con las tareas domésticas o con sus trabajos, algo que no tienen intención de hacer. Hace unas semanas volvieron a salir a la calle para exigir respeto ante los ataques sexistas de los militares en la represión de las manifestaciones que molían a palos a todos sin distinción de sexo, pero agredían sexualmente a las mujeres. Desde que terminó el alzamiento en Egipto la maquinaria femenina se ha engrasado para evitar que el tren de la democracia parta sin ellas, o, lo que es peor, que consuma sus energías sin llevarlas al destino que desean: uno en igualdad.

En España el guante para apoyar esas demandas fue recogido por la Plataforma de Mujeres artistas contra la violencia de género que preside Cristina del Valle, y que estos días se encuentra en El Cairo para presentar un decálogo de propuestas para la inclusión de la perspectiva de género en la nueva Carta Magna. (Lea aquí nuestro almuerzo con Del Valle). Así esperan que se faciliten la promoción de la mujer, la defensa de sus derechos, la igualdad y su participación real en la sociedad egipcia.

Tras reunirse en España a finales de 2011, y trabajar con expertos nacionales de todos los ámbitos y representantes políticos y de la sociedad civil del país del Nilo, en la elaboración de dicha proposición, la Plataforma desembarca ahora en la capital egipcia con la intención de intercambiar experiencias y conocimiento y poder así crear “redes internacionales de apoyo que contribuyan al fortalecimiento y la promoción de las mujeres”, según explicó la cantante Cristina del Valle durante el encuentro que daba el pistoletazo de salida a una semana de actividadeal primer de una semana en la que la Plataforma se reunirá con formaciones políticas de todo signo, analistas y miembros de la judicatura. Dicho acto, que se inauguró al compás de una jota aragonesa en la garganta de Carmen Paris, contó, entre otras, con la representante en Egipto de ONU Mujeres, Maya Morsi, y la jueza y exministra de asuntos sociales, Mervat el Tallawy.

“Desde que acabó la revolución ha disminuido nuestra participación”, subrayó El Tallawy. ”Si hablamos de la nueva ley electoral vemos que se ha eliminado la cuota que aseguraba nuestra presencia en el Parlamento”, lamentó. Sólo ocho mujeres se sentarán en la Cámara Baja que esta semana decide los últimos candidatos que tendrán escaño en el primer Parlamento de la democracia egipcia. “Aunque según las estadísticas las mujeres somos el 50% de la sociedad de este país, resulta que en nuestro órgano legislativo somos poco más del 1%”, ha señalado la ex ministra.

Los participantes del primer intercambio de ideas con la Plataforma, quese reunirá con formaciones políticas de todo signo, analistas y miembros de la judicatura,no olvidaron las consecuencias que podría tener para ellas el que el nuevo Parlamento esté formado con una mayoría islamista de al menos el 60% “Se empieza poco a poco con la separación de sexos en transportes públicos, pero eso revierte en una involución de nuestros derechos”, argumentó la jueza El Tallawy.

Junto a ella, Fatma Khafagy, miembro de la Alianza de Mujéres árabe, entre otras instituciones, argumentó, mostrando unas pegatinas rosas que se habían distribuido en Tahrir, que se debe “pensar en un cambio en femenino”. Los adhesivos defendían la importancia de la mujer con un juego de palabras con rima en árabe, aludiendo a la partícula que forma el femenino en dicha lengua, la ta marbuta: “sin la ‘Ta’ el país no estará equilibrado”. Khafagy comparó la situación de la mujer en Egipto con la de Túnez, haciendo palpable la diferencia en dos porcentajes. Las tunecinas son un 20% del Parlamento y las egipcias un 1%

Unos datos que coinciden con las sensaciones que, en su primera jornada en El Cairo les transmitió el candidato presidencial Hamdeen Sabahy , quien considera que “aún les queda mucho camino por recorrer para alcanzar sus objetivos”. Sin embargo, el líder de Karama defendió que “éste es el tiempo de la mujer egipcia” y reivindicó que el voto femenino será decisivo para elegir al nuevo presidente del país.

En los próximos días, Cristina del Valle, Carmen Paris, Marina Rosell y Beatriz Bergamín, entre otras artistas españolas presentarán su decálogo de propuestas a los egipcios y tratarán de estrechar lazos en un concierto que las reunirá en el mismo escenario con el maestro del laúd, el iraquí Nasser Shama, y los grupos egipcios Eskenderella y Gameza.

Foto: PATRICK BAZ (AFP)

Comentarios

Si, ya se ve el cambio. Ahora los pañuelitos son de colores y estampados.
http://nelygarcia.wordpress.com. La importancia de la mujer es evidente y no se la puede utilizar, cuando convenga para dejarla tirada después. Me alegro de que sigan luchando.
Si la democracia excluye al 50 % de la población ni es democracia ni cabe hablar de Derechos Humanos. Nás aún, una auténtica democracia - no basada sólo en la posibilidad de acudir a las urnas para votar a productos similares- debería incluir la posibilidad de decidir sobre los recursos económicos. En tal caso, no sólo debería incluir al 50 % de la población (que tiene dificultades para decidir y acceder a la riqueza y empleo) sino al 45 % = 95 % por ciento restante que está subordinada a una minoría. Para echar en falta esta última no hace falta ir a Egipto.

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