Bamakografías

Pour un monde durable. For a sustainable world. Por un mundo duradero ha sido el lema este año de Les Recontres de Bamako que justo acaba de cerrar sus puertas. Pero bien podría ser también este otro: "Por un mundo variopinto, hermoso, abierto, rico y hasta esperanzado". A pesar de lo mucho que se ha exhibido sobre el deterioro interior y exterior del planeta en las distintas muestras; o precisamente por el abundante y valioso material gráfico que ha manejado esta novena Bienal Africana de la Fotografía en Bamako (capital de Mali, país de 14 millones de habitantes) que dirige Samuel Sidibé. El evento sonó como referencia al hablar de la 15ª edición del ParísPHoto de este año, del que fueron invitados de honor numerosos artistas africanos, como prueba de lo mucho que esta iniciativa, organizada oficialmente por Malí en colaboración con el Instituto Francés, hace por el reconocimiento y el descubrimiento de la fotografía del continente desde que se creó allá por 1994. He aquí nombres que conviene no olvidar e incluso seguir la pista: Abdoulaye Barry (Chad), Mohamed Camara (Malí), Nestor Da (Burkina Faso), Fatoumata Diabaté (Mali), Hasan y Husain Essop (Sudafrica), Uche Okpa Iroha (Nigeria), Jehad Nga (Kenia-Libia), Nyani Quarmyne (Ghana), Arturo Bibang (Guinea Ecuatorial), Baudouin Mouanda (Républica del Congo), Zanele Muholi (Sudáfrica) y Nyaba Léon Ouedraogo (Burkina Faso).

Pero los encuentros de Bamako no se acaban aquí, sino que ahora mismo podrían empezar de nuevo; el trabajo continúa. Por eso los citamos en este justo momento (y no sólo al principio, cuando fue tan mencionado) en que llega el silencio, las noticias parecen haberse esfumado y nadie recuerda ya que en ese lugar de África se colgaron y cuelgan obras de promesas y maestros. Hasta una exposición en el Museo Nacional recogió obras de los grandes, como Malick Sidibé, Soungalo Malé y Abderramane Sakaly… que son una verdadera joya y cuya obra se está digitalizando ya como patrimonio africano que son. Contemplar sus fotos en blanco y negro es asomarse a un territorio tan genuino como la propia piel de sus habitantes.

Por partes: el primer fruto del entusiasmo ya fue la exposición que cuelga aún en las salas de CasaÁfrica (hasta el 19 de enero) de la ganadora de l premio de la casa de la edición 2009, Zanele Muholi, del que nos enviaron este vídeo en el que la misma autora, reivindica su condición y su mirada de género bien personal, en un momento delicado en el continente sobre estas cuestiones como es el actual.

La visión del experto comisario de exposiciones Christian Caujolle en su intro para La Lettre de la Photographie, una suerte de Biblia andante de lo que sucede en el mundo de la imagen, da una idea del universo Bamako durante este tiempo fotográfico. Él sufrió, dice, los excesos de una ciudad tórrida: "Bamako es caluroso. Muy caluroso... Máxime cuando las tormentas de arena, más suaves de lo que podrían ser, contaminan el polvo y lo vuelve aún más opresivo". Contempló una ciudad muy animal: "La capital de Malí se distingue por tener una rotonda tras otra; por impresionantes esculturas de bronce de hipopótamos con el interior de sus bocas pintadas de rojo. Y en todas partes, en los pequeños parques, en los patios de los edificios públicos, pinturas de búfalos y gacelas en el hormigón que parecen como si hubieran estado ahí siempre, y siempre lo estarán. Enfrente de la extraña arquitectura del Memorial Modibo Keita, no muy lejos del Monumento de la Paz, donde una inmensa paloma protege a un pequeño globo, hay tres cocodrilos de cemento, perdidos, que yacen en el fondo de fuentes sin agua". Y le pareció lugar bien interesante, a pesar del caos del tráfico: "Hoy dan la bienvenida a los visitantes en una de las cinco salas de exposiciones de la Bienal. Tras cinco minutos en el Memorial, uno ya tiene una idea decente de la orientacion del programa de este año, cuyo subtítulo es Por un mundo sostenible, el cual parece más oportunista que fotográfico, pero recoge bien una realidad de contaminación, de explotación sin control de los recursos naturales, de la desorientación del hombre en su relación con la naturaleza, del desarrollo caótico de las ciudades que produce parias de todas las edades...".

Delta del Níger, de George Osodi.

El material recomendable ha sido tan amplio, que nos quedamos con algunas recomendaciones del propio Caujolle: las obras de Georges Osodi sobre el delta del Níger; la violencia de las imágenes de Nyaba Léon Ouedraogo en Ghana, o la visión de Kinshasa de Kiripi Katembo. También los ecos de la primavera árabe de la mano de Nermine Hammam, JR, Faten Gaddes, Khaled Hafez; las historia de los exconvictos de David Goldblatt... El corazón del festival es la exhibición Panafricana diseñada por Franck Houndégla: "45 fotógrafos y 10 videografos de 27 países. Eso es lo que yo llamo ambición". Espacio para creadores y tendencias diversas, la prueba de la implicación política de la fotografía, producto de la necesidad, lejos de lo ornamental... Y dos recomendaciones más: François Xavier Gbre, de Costa de Marfil, y los retratos animales de Daniel Naudet. "Sorprendentes y mágicos. Bamako está lleno de animales, incluso en imágenes", concluye.

Antes de leerle a él, los comentarios de Joan Tusell, encargado de prensa de CasaÁfrica, ya nos llegaban por tierra, mar y aire (redes sociales, queremos decir) para intentar darnos una idea de lo que en Bamako pasaba entonces (hace dos meses casi ya). "Mensaje desde Bamako" se podría haber titulado su texto como lanzado al mar en botella. "Como ‘partenaires’ del Festival, echamos una mano con uno de los premios [que ha ganado Elise Fitte Duval, a la que tendremos oportunidad de seguir], hemos aportado una exposición de jóvenes malienses que llevamos a Las Palmas y presentamos el primer ejemplar de la colección de libros Fotógrafas Africanas que lanzamos junto a la editorial La Fábrica". Y aquí no queda, no. "El Gran Premio fue para el fotógrafo sudafricano Pieter Hugo. "Es uno de los grandes de África, en este momento, y bastante cotizado. Sus trabajos más famosos son los dedicados a Nollywood. Podrás ver su último trabajo (por el que ha sido premiado en Bamako) en el vertedero de basura informática de Agbogbloshie (Ghana). Conviene echar un ojo a las fotos de Nollywood. Maravillosas. Son retratos, no fotoperiodismo al uso".

También destaca Tusell la exposición del sudafricano y octogenario David Goldblatt. "Sí, de lo más impactante que vi. Lo que hace este hombre es fotografiar asesinos, tras pagar su pena en la cárcel, en el lugar del crimen, como símbolo de la reconciliación en su país. Negros y blancos, cada foto es una historia terrible. Tiene, además, una serie de retratos aéreos de townships sudafricanos y su contraste en los barrios residenciales blancos, en las mismas ciudades, que impresionan".

Fotografía de Elise Fitte Duval (de Martinica) de la serie ‘Vivir con los pies bajo el agua’.