La huelga del Metro no altera la normalidad de Bilbao

La huelga de 24 horas convocada por el comité de empresa de Metro Bilbao se está desarrollando sin incidentes. Las aglomeraciones en la mayoría de los andenes fueron una de las constantes en las primeras horas de la convocatoria, así como la ausencia de incidentes hasta el mediodía. Aunque, la prueba de fuego ha sido, según la dirección del propio suburbano, la una de la tarde, el momento en el que los asistentes al ferial de Santo Tomás, en el Casco Viejo de la capital vizcaína, han usado este medio de transporte para salir y entrar del mercado, el servicio ha funcionado con normalidad.

Los servicios mínimos, un 48% en aplicación de la resolución judicial dictada ayer, se están cumpliendo dentro de la normalidad general de la jornada. Incluso, en algunos momentos, las frecuencias que se indican en los luminosos son recortadas y así se agiliza el transporte. A ello ha podido contribuir, posiblemente que, según ha dado a conocer Metro Bilbao, algún trabajador se ha incorporado voluntariamente al servicio y así contribuye a acortar las frecuencias en las líneas. La dirección asegura que esta incorporación de voluntarios está permitiendo ofrecer un servcio del 56% de un día laborable.

El comité de empresa ha ofrecido ya su primera valoración de la incidencia del paro, que sitúa entre un 85% y un 90%. La compañía rebaja el seguimiento a un 20%, según los datos que ha ofrecido a las 19.30 en un segundo balance. 143 trabajadores han secundado la huelga, sobre una plantilla total de 740 personas.

Prego, quien ha advertido de que la mayor demanda de servicio se va a dar entre la una de la tarde y las diez de la noche, ha detallado que la compañía ha establecido cinco niveles de gestión de aglomeraciones. Ahora todas las estaciones se hallan en el nivel uno, "abierto total". El consejero delegado de Metro Bilbao ha cifrado en un 64% el número de viajeros transportados hasta las once y media de la mañana con respecto a igual periodo de ayer. Por la tarde actualizará los datos.

Prego ha ensalzado la labor de los voluntarios, que han permitido facilitar un mayor servicio pese a los paros, y ha advertido que puede que la semana que viene la empresa lleve a los juzgados el acuerdo alcanzado en julio pasado para que dictamine si se ha cumplido o no.

El presidente del comité de empresa, Rafael Valencia, de ELA, ha presentado una demanda en Inspección de Trabajo contra la dirección de la empresa por impedir el paso de los sindicatos a la sede central de Metro Bilbao, en la calle Navarra.

La seguridad es, sin duda, la principal preocupación del Departamento de Transportes del Gobierno vasco y de la dirección del suburbano. De hecho, se dispone de casi un centenar de agentes de seguridad para cumplir con las posibles contingencias a lo largo de esta jornada de huelga, cuyos picos más inquietantes serán al mediodía y a partir de las nueve de la noche, coinciendo con los minutos previos a la disputa del partido de Copa, en San Mamés, entre Athletic y Oviedo.

La Ertzaintza ha establecido un dispositivo especial para prevenir incidentes que se encuentra en marcha desde la pasada medianoche y se mantendrá toda la jornada. El despliegue cubre toda la línea del suburbano, las estaciones, talleres, edificios, subcentrales y en general todos los puntos sensibles de la infraestructura del ferrocarril urbano, según detalla Interior. En el mismo participan agentes de Seguridad Ciudadana de las comisarías que se hallan a lo largo del recorrido, junto a otros de la Brigada de Refuerzo y ertzainas de la recién salida 23ª promoción, que han adelantado su incorporación al servicio para reforzar el despliegue.

De momento, según hemos podido comprobar en una de las céntricas estaciones de Metro, en plena Gran Vía de Bilbao, el funcionamiento del servicio es absolutamente normal, aunque algunos viajeros se quejaban de las aglomeraciones que complicaban en muchos momentos la entrada a los propios vagones.

Desde la dirección de Metro Bilbao se va a mantener una permanente información en su página web, así como en las propias estaciones. Las pantallas luminosas instaladas encima de los tornos de entrada a los andenes aportan los detalles precisos sobre la sucesión de los servicios, así como de las posibles incidencias.

Dentro del plan de acción de la empresa figura el posible cierre de algunas estaciones, precisamente cuando se detecte que las aglomeraciones pueden complicar la seguridad de los viajeros y del propio servicio. El consejero de Transportes, Iñaki Arriola, ya ha adelantado que "se cerrarán las estaciones y la gente quedará formando colas en la calle para así garantizar plenamente la seguridad".

El Gobierno vasco, muy molesto por la convocatoria de esta huelga de 24 horas en un día de tanto arraigo popular en el calendario vizcaíno, elevó hasta un 70% el porcentaje de los servicios mínimos, aunque la justicia ha atendido el recurso del comité de empresa y lo rebajó ayer a un 48%. Desde el Ejecutivo se entiende esta movilización sindical como un claro pulso que continúa en el tiempo, principalmente desde que los socialistas decidieron el relevo del anterior gerente del Metro, Juan Cruz Nieves, hombre de plena confianza de la Diputación de Bizkaia.

La portavoz del Ejecutivo, Idoia Mendia, ha aprovechado una entrevista en ETB para considerar "muy grave y difícilmente explicable" una huelga "mantenida artificialmente en el tiempo". "El ciudadano normal de Bilbao y el de los pueblos de alrededor que se acerque hoy a Bilbao no entiende nada", ha añadido.

Por su parte, el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, ha reclamado a Prego "menos prepotencia y más gestión". Respecto a los sindicatos, el regidor ha señalado que éstos "han perdido una ocasión de ser generosos y solidarios con Bilbao y con Bizkaia e incluso inteligentes, porque la huelga la podrían haber hecho ayer o mañana", al tiempo que ha indicado que no se les "debe nada a partir de ahora".

El comité de empresa justifica este golpe de mano que supone la convocatoria de huelga de todo un día en la jornada de mayor afluencia de viajeros al suburbano de todo el año por la falta de acuerdo con la dirección, a la que critica por su escasa predisposición al diálogo. Inicialmente, la principal fricción entre ambas partes estaba relacionada con la ampliación de plantilla que debía efectuarse con ocasión de la entrada en servicio de la estación de Basauri. No obstante, la empresa cumplió con este requisito pero el comité entendió que no se habían incorporado los eventuales a quienes creía que les correspondía el puesto.