El "sí" de Anne Hathaway
La niña buena de Hollywood deja atrás al delicuente Raffaello Follieri y se compromete con el actor Adam Shulman
Anne Hathaway es una romántica y ha vuelto a picar. No hace ni un año la protagonista de Diarios de una princesa o En terreno vedado decía que con los años se había hecho una escéptica. Ahora luce orgullosa su anillón de prometida paseando por las calles de Nueva York con su futuro marido, el también actor Adam Shulman, ese del que no se despega. La pareja se conoció en noviembre de 2008 y desde entonces no se han separado aunque han procurado mantener una relación muy discreta de la que no existieron fotografías hasta un año más tarde. Como confesó recientemente la actriz a estos dos neoyorquinos les gustan las fiestas en casa y quedar a cenar con los amigos. "Shulma es todo lo que querrías que fuera tu pareja", añadió.
Ambos se conocieron en el peor momento para Hathaway. La presentadora (junto a James Franco) de los Oscar en la última edición de estos premios acababa de romper ese año con su anterior novio, el italiano Raffaello Follieri, al ser detenido por malversación de fondos, acusaciones por las que sería condenado y cumple cuatro años y medio de cárcel. Hathaway vio no sólo su corazón roto sino su honor, especialmente cuando el FBI le requisó sus diarios ante la posibilidad de que estuviera implicada en los crímenes de su novio. Al fin y al cabo la actriz vivía con su pareja en el penthouse de 37.500 dólares al mes que Folleri pagaba con dinero negro en la Quinta Avenida neoyorquina. Lo mismo ocurrió con esas vacaciones que disfrutó la pareja en Costa Rica para celebrar el año nuevo y que este ejecutivo del mundo inmobiliario pagó con los mismos fondos. Como acabó subrayando la fiscalía encargada del caso, Hathaway no fue más que la involuntaria beneficiaria de los turbios negocios de su compañero sentimental. O como ella misma bromeó meses más tarde en el programa de humor SNL: "Rompí con mi novio y semanas más tarde lo mandaron a prisión por malversador de fondos. ¿A todas nos ha pasado, verdad?"
En esta ocasión Hathaway, 29 años, le ha dicho que sí a Shulman, 30, con la idea de en 10 años formar una familia. O eso dice. Primero tendrán que pasar la prueba de los celos profesionales. Corazón partido o no, Hathaway ha disfrutado y sigue haciéndolo de algunos de los mejores años de su carrera profesional con el estreno el próximo año de The Dark Knight Rises donde interpreta el papel de Catwoman que con anterioridad encarnaron Michelle Pfeiffer y Halle Berry. Sin embargo el nombre de Shulman es escasamente conocido en el mundo de la farándula con pequeños papeles en series como El ala oeste, American Dreams o The Dukes of Hazzard. De ahí que la felicidad de la pareja se vea empañada con los rumores de que Shulman no es más que un advenedizo que se quiere posicionar gracias a su futura esposa.
Quizá también por ello la proposición de Shulman ha venido acompañada de su deseo de tomarse un respiro de la interpretación para dedicarse al diseño de joyas. Ya ha presentado su primera colección, esa que forman delicados collares y pendientes de mariposas y colgantes en forma de bombilla bajo el nombre de James Banks. Y ahora tiene el mejor anuncio en el dedo anular de su prometida con el anillo de Kwiat que ha diseñado ex profeso para ella. "Shulman tuvo siempre una visión muy clara del anillo", asegura Greg Kwiat, de la misma casa que ha diseñado pendientes para Natalie Portman y para Jesica Alba entre otras estrellas.
Dentro de su felicidad, Hathaway ha reconocido a la prensa que Shulman apareció en su vida cuando ella lo que quería era "estar sola" y que su amor fue "suave" sin un gran compromiso inicial dado que ella se pensaba que él tenía novia y al actor le ocurría lo mismo con la reina blanca de Alicia en el país de las maravillas, que se pensaba que tenía novio. "Un amor dulce no hace una gran historia de amor pero te alarga la vida", admitió recientemente una estrella convencida que en temas del corazón prefiere currárselo en lugar de esperar a que le toque la lotería. Pero como admite en esta ocasión, a Hathaway le tocó el gordo y la pareja está dispuesta a casarse y a formar familia. "Y es que por mucho que me esfuerzo en controlarme al final me es imposible doblegar las inclinaciones románticas de mi alma", agregó esta amante de los espacios abierto que considera que el lugar más romántico de Nueva York son los recovecos de Central Park, "un campo de juego para el amor".
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