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3.500 Millones
Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez
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Crónica de la contracumbre: una "mani" en Sudáfrica

Sexta entrega desde la Cumbre del Clima de Durban, siempre de la mano de nuestro 'contracorresponsal' José Luis García Barahona.

Fotos: Ainhoa Goma.

Si hay algo que los sudafricanos saben hacer mejor que nadie en el mundo, es manifestarse. Durante los años de lucha contra el apartheid todas las manifestaciones eran ilegales y, sin embargo, la población negra de Sudáfrica nunca dejó de manifestarse en masa. Se enfrentaban a policías armados hasta los dientes y con carta libre para usar la violencia cuanto y cuando quisieran. El único arma que los manifestantes tenían era la música: decenas de miles de personas cantando y bailando de una forma peculiar que se llamó toi-toi, y esa forma de entender las manifestaciones se ha quedado hasta hoy.

El sábado tuvo lugar en Durban la que probablemente haya sido la manifestación sobre Cambio Climático más grande que haya habido hasta ahora en África. A mediados de febrero un grupo de organizaciones nos reunimos en esta misma ciudad para empezar a planear las acciones en torno a las negociaciones de estos días. No es fácil movilizar a la población contra el cambio climático en un país con problemas tan graves como un 50% de paro en algunos segmentos de la sociedad (y donde 17 años después del final delapartheidaún existeuna diferencia económica abismal entre blancos y negros). En febrero, las ONG sudafricanas nos decían que la manifestación más grande sobre cambio climático que se había producido en el país había reunido 1.500 personas en Johannesburgo.

Este sábado hubo unas 15.000.

En la marcha había grupos de mujeres campesinas que ya están afectadas por el cambio climático, sindicatos, gente venida de todo África y muchos ciudadanos de Durban que decidieron unirse a la marcha. Todos exigiendo a los negociadores que lleguen a acuerdos para limitar las emisiones y que pongan dinero para empezar YA a ayudar a los países más pobres a adaptarse a lo que se les viene encima. También había demandas al Gobierno sudafricano para que cambie radicalmente su política energética (Sudáfrica genera casi todo su energía quemando carbón, la forma más dañina para el calentamiento global).

El ambiente era más de rabia que festivo, la verdad. La gente está indignada de ver cómo se nos acaba el tiempo. Lo sabemos, pero dejamos que se nos acabe. Cualquier calentamiento global será más acusado en África. Incluso si se consiguiera limitar el calentamiento a 2 grados de media, en África serán 3. El Director de una de las grandes ONG denunciaba ayer esta paradoja: varios países acaban de actuar con mano dura contra un dictador como Gadafi para proteger a la población en Libia; pero, bloqueando las negociaciones del clima, algunos de estos mismos países serán responsables de muchas más muertes causadas por las sequías, inundaciones y demás efectos del cambio climático. ¿Por qué se lo permitimos?

En un acto por la noche, después de la movilización, Oxfam y Cambridge University Press presentaron un libro que explica porqué con la legislación existente en casi todos los países ya es posible condenar a gobiernos y empresas contaminantes a indemnizar a las personas afectadas por el cambio climático. Que se vayan preparando las compañías de seguros, porque, si las negociaciones siguen a este paso, veremos cómo países y empresas contaminantes se verán obligadas por un juez a pagar enormes indemnizaciones a comunidades afectadas por sequías, tifones o inundaciones.

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