Los soberanistas consolidan unos resultados históricos en Gipuzkoa

Amaiur vuelve a lograr unos resultados extraordinarios en su terreno más fértil, donde acumula a sus votantes más incondicionales. Es la primera fuerza de Gipuzkoa, con 129.280 votos y tres escaños, y revalida la amplia victoria que consiguió en las pasadas elecciones locales, celebradas en mayo pasado. El triunfo es incontestable en esta circunscripción, pese a que estas elecciones no son las preferidas para los independentistas. El Congreso y el Senado "no son nuestras instituciones", volvió a insistir anoche Maite Aristegi, electa como número uno de Amaiur por Gipuzkoa a la Cámara baja, para celebrar los resultados electorales. Rafa Larreina, de EA, y Xabier Mikel Errekondo, exalcalde de ANV en Usurbil, también recogerán su acta de diputados.

Amaiur ya está hablando del "voto boomerang", en palabras de Aristegi. Quieren que los sufragios obtenidos ayer para las Cortes vuelvan a Euskadi y Navarra cuando se celebren los próximos comicios, que serán de ámbito autonómico. Es evidente que la izquierda abertzale ha demostrado tener músculo electoral y está dispuesto a echar un pulso al Estado estos próximos cuatro años. Goza de mucha fuerza, sobre todo en Gipuzkoa, donde amasó el 34,76% de las papeletas. La montaña de votos lograda no alcanza a la suma de los conseguidos por Bildu y Aralar en las municipales (119.541 y 13.600, respectivamente), pero se quedan muy cerca, a apenas 5.000 votos, de aquel techo electoral.

En 2008, Amaiur llamó a la abstención, que llegó a ser del 42% en esta provincia. Cuatro años antes, en cambio, había pedido el voto nulo para calibrar su peso electoral en las generales, y se quedó en 50.000 papeletas aproximadamente (el 11,7% de las emitidas). Los mejores resultados de la izquierda abertzale se consumaron en las elecciones legislativas de 1986 y 1989, cuando repitió dos escaños.

El proyecto nacionalista se fortalece en este territorio. Logran cuatro de los seis diputados en el reparto. El PNV, con un solo escaño (la exdiputada foral Arantza Tapia), pierde un asiento en Madrid pese a lograr unos resultados muy semejantes a los de 2008. El partido de Joseba Egibar -83.299 votos- salva los muebles, aunque sigue muy de lejos a Amaiur. Hubo un momento durante el recuento, con el 76% escrutado, en que estos dos partidos tenían dos escaños cada uno, pero fue un espejismo fugaz, puesto que Amaiur consolidó sus tres representantes.

En cambio, los socialistas sufren un desgaste terrible. Solo resultó electo Odón Elorza. Los resultados de este partido son los peores de la historia desde la restauración democrática, puesto que nunca en las 10 convocatorias legislativas celebradas desde 1977 había obtenido menos de dos escaños en Gipuzkoa.

Con 78.023 votos (el 20,98%), los socialistas vuelven a ser tercera fuerza política, como en las municipales. La derrota es más dolorosa, si cabe, después de alzarse con la primacía guipuzcoana en 2008, bien que entonces pudo verse favorecido por la conmoción que supuso el asesinato a cargo de ETA del exedil socialista de Mondragón Isaías Carrasco, perpetrado apenas 48 horas antes de abrirse los colegios electorales de aquel año. Esta vez, se han visto arrastrados por el batacazo del PSOE en el conjunto de España. Tampoco han obtenido recompensa alguna por el esfuerzo que precisamente el PSE guipuzcoano ha depositado en el logro de la paz en Euskadi.

En medio de una desoladora noche electoral, los socialistas ni siquiera pudieron maquillar su debacle con una victoria en San Sebastián. En una reñidísima lucha por la primacía, Amaiur se llevó el gato al agua por 251 votos en el último tramo del recuento. Los socialistas vieron reducido su peso electoral en un 26% de los votos. El exalcalde donostiarra Odón Elorza, desalojado de este cargo en las municipales de mayo pasado por los soberanistas de Bildu, da ahora el salto a la Carrera de San Jerónimo con un mal sabor de boca.

El PP apenas nota la pérdida de respaldo en las urnas, por lo que mantiene su único escaño. José Eugenio Azpíroz es un seguro de vida para su partido. Cumplirá su sexta legislatura en la Cámara baja, donde trabaja desde que obtuvo su acta en 1993 y engrosará la mayoría absoluta de los populares. Esta lista totalizó 51.088 sufragios (el 13,71%).

Por municipios, el tablero electoral es bastante parecido al que quedó tras el 22-M. Amaiur, además de vencer en la capital, despliega su poderío en las principales localidades donde se impuso en mayo, como Mondragón, Tolosa, Hernani, Azpeitia, Andoain y Zarautz, entre otras. Los socialistas se encaraman a la primera posición en Lasarte-Oria a costa de los independentistas, y mantienen Irún y Eibar, aunque en este municipio por menos de 300 votos sobre Amaiur. El PNV solo conserva, y a duras penas, Hondarribia, porque se ve superado por Amaiur en Aia y Urnieta, donde gobiernan los primeros.

La alta participación (67,68%) obedece al clima de sosiego político asentado con el cese de ETA de su actividad criminal y a la capacidad que tiene la izquierda abertzale para movilizar a sus fieles aunque estas no fueran precisamente sus elecciones preferidas, sino todo lo contrario.

Lo más positivo del día fue el cauce civilizado por el que discurrieron las votaciones. Se constituyeron sin ningún percance las 873 mesas. No hubo un solo incidente, bien que algún apoderado de Amaiur se presentó en un colegio de San Sebastián portando en su solapa una pegatina a favor del acercamiento de los presos etarras. La normalidad fue absoluta, en consonancia con el desarrollo de toda la campaña electoral. Muy al contrario de lo que sucedió en 2008. Durante las votaciones, a María José Usandizaga, del PP, le llamaron "asesina" y al entonces alcalde donostiarra, el socialista Odón Elorza, le gritaron "fascista".