En Compostela “las horas son una misma hora, eternamente repetida bajo el cielo lluvioso”, decía Valle-Inclán. Curiosa ironía la de esta ciudad que mueve las vanguardias de un nueva Galicia pero no logra zafarse –o quizá no quiere hacerlo- de la imagen conservadora y provinciana.
Viene a cuento la cita porque acabo de llegar a Santiago de Compostela, la ciudad mágica de Galicia, el final del Camino de Santiago. Y se oyen las campanas. Muchas campanas, en la Quintana, en Platerías, en la Vía Sacra. Sones de ultratumba, misteriosos, que día a día, siglo a siglo, marcan el tempo humano, el ritmo cadencioso de una ciudad de silencios.
Y llueve. Santiago de Compostela es más bella aún bajo un manto de nubes. La lluvia viste la piedra dorada de sus calles medievales con una pátina de humedad verdosa, de un color especial que sólo existe aquí. Piedra que aprovecha ese llovizna melancólica para fundir en un mismo lienzo el pavimento de las calles y las fachadas porticadas.
Mañana viernes hacemos el programa de radio (Cadena SER, Hoy por Hoy) desde aquí y mientras espero que Javier Coronas y Juanma Iturriaga bajen para ir a tomarnos unos percebes y un albariño al Gato Negro, taberna con solera centenaria en el barrio viejo compostelano, observo a los peregrinos ir y venir por la plaza del Obradoiro, como zombis alelados aún por el ensimismamiento y la paz interior que producen días enteros de soliloquios por los bosques gallegos.
Compostela es una sucesión de capas. Una cebolla de piedra con decenas de pieles concéntricas en torno al supuesto sepulcro de un apóstol de Cristo aparecido en circunstancias misteriosas hace casi 1.200 años. Consciente de su condición de eje de la Cristiandad, el clero compostelano nunca escatimó esfuerzos ni influencias para engrandecer su ciudad. En las librerías de viejo de la rúa Nova y de la rúa Vilar vende facsímiles de un mapa de la ciudad en el siglo XVIII que podría servir perfactamente hoy día como callejero. En Compostela la planimetría es inmortal.
La plaza del Obradoiro es el corazón copérnico de esa Compostela medieval. Una espacio desmedido, pensado más para acogotar al humilde peregrino y mostrar las desmesuras del poder arzobispal que como intercomunicador de los trasiegos urbanos. Cuando la niebla se posa sobre la ciudad y una lluvia mansa desdibuja los perfiles sus medidas se estiran hasta el infinito. Desde un lado de la plaza no se intuye el otro, y el viajero se siente como desnudo, desprovisto de toda referencia humana antes de rendir por fin cuentas de su largo viaje ante el Apóstol.
Los días de sol abrasador, los turistas lo cruzan a la carrera ante la ausencia de sombra, pues como queda dicho la plaza se hizo pensando más en la gloria divina que en las necesidades humanas. El Obradoiro es un lugar para no hacer nada en el pleno centro del Universo, donde el 99% de los transeúntes son forasteros y el resto tunos en busca de una víctima a la que colocarle un CD de coplas o vendedores de vieiras de plásticos.
Y también está Zapatones, claro. Zapatones es un inquilino habitual de este espacio mágico. Vestido con túnica de peregrino, barba larga y blanca, gorro y vieira al uso y unos gigantescos zapatos deambula por la plaza regalando conversación y dejándose fotografiar junto a quien se lo proponga.
Compostela, como veis, es única. Ya lo decía Torrente Ballester: “No lo olvidéis. Solo quienes conserven el poder de asombrarse, entren en Compostela”
¿Necesitas más razones para visitarla?
Comentarios
Voy a pasar un fin de semana con mi chico a finales de Noviembre. Pero nada de camino, solo disfrutar de la ciudad, de su gente, de sus viandas y de la cama del hotel.Carlawww.lasbolaschinas.com
¡Joer! con Zapatones. ¿No será un plasta?, porque tiene pinta de tio cojonudo.
¿O sea que en Santiago?. No paras, tío.
Pero.........., bonita ciudad y excelente presentación la tuya.
Cómo me gusta Santiago, en breve voy para allá. Tengo mis buenos duros gastados en O Gato Negro y a Zapatones llevo 30 años encontrándolo en la plaza, desde aquellos viajes de infancia que me llevaban en un Seat 124 desde mi Asturias querida.
Santiago es una de esas ciudades que te sorprende y que por más que la recorras, no dejas de querer caminarla para descubrirla. En lo personal, me encantó cuando la visité en enero de 2010, y siempre recordaré la nevada que cayó una tarde mientras me encontraba en la estación de trenes. Tuve la oportunidad de subir a la parte superior interna de una de las fachadas de la Catedral, y me atrevo a decir que ha sido una de las visitas más impresionantes en cuanto a monumentos se refiere. El día que vuelva, sin duda, volveré a recorrer sus calles...
Como compostelana exiliada en el Sur, tus palabras me han llenado de morriña. Gracias por el precioso y preciso retrato que has hecho de mi ciudad. Ojalá la disfrutes y vuelvas a menudo. BiquiñosPdt.- Te voy a pedir un favor, que abraces a Coronas de mi parte (soy una fan irredenta de este genio del humor) y que le invites a una cunca de Ribeiro en "El Patata" (este es su nombre popular, aunque el comercial sea Bar Negreira. Está siuado en rúa do Vilar 75).
Buenos días Paco, estás en una ciudad que procuro visitar todos los años, aunque sea sólo un puente en verano, los galleguiños, el paisaje, los mercados, la comida, a mi me gusta ir en sábado y llevarme la ternera envasada a Murcia, el pan de moño, como lo llamamos en casa o los quesos y ahora tengo a mi prima allí, ya estamos pensando en hacerle una visita. No te olvides pasar por El Cebreiro y saludar a Finisterre. Viva Galicia!!.
Es bueno leerte y encontrarte con Santiago de Compostela, una ciudad no solo en la que vivo, sino de la que me apasionan sus dìas con y sin lluvia. Me gustan las ciudades con olores y dialogo propio, Santiago es una de ellas. No hay otra igual.
Que vivas tu, Santiago y Galicia
Sólo he estado una vez en Santiago y me encantó... Caminar por su casco antiguo y disfrutar de la buena comida... Recuerdo que en cualquier sitio que te pidieras una copita de albariño te traían una regia tapa... Todo un descubrimiento para alguien que vive en Barcelona, donde las tapas gratis son como un espejismo...http://www.losbonvivant.com/
Un restaurante imprescindible, abastos 2.0, en pleno mercado de abastos donde compran todos sus productos. Puedes llamar , comentar tus preferencias y sobre la marcha te van a buscar el producto al mercado para tu comida.
¡No Paco! No menciones tú el Gato Negro, que con la cantidad de gente que te lee y el tamaño del lugar la próxima vez que vuelva ni en la barra tengo sitio.¡Y tengo que volver!
Como me gustaría estar en las calles medievales de Santiago y tomarme unos percebes y un albariño contigo.
Te noté inspirado con tu descripción de la cebolla de piedra y el corazón copérnico de la Compostela medieval...
Y me gusta la cita de Torrente Ballester, podría aplicarse a que sólo deberían viajar los que conserven la capacidad de asombrarse ¿no?
En cuanto pueda me tomaré un albariño a tu salud (y a la mía) Besos.
Soy un vasco afincado en Santiago, con un pronunciado gusto por el paseo urbano y campestre. Habrán sido unas cien las ocasiones que mis piernas me han permitido disfrutar de unos kilómetros de ejercicio físico por esta ciudad de corazón de pueblo. Juro que no ha habido ocasión en la que mi vista no se haya fijado en algún majestuoso edficio, alguna calle que no eche la imaginación a andar, parques y montañas verdes, intensas, llenas de vida. Por no hablar de los gallegos, gente encantadora que lo único que les falta es cierta confianza y orgullo en sí mismos, por tener lo que tienen y cuidarlo con tanto mimo.Un abrazo,ET
Completa información sobre la ciudad de Santiago de Compostela y sus lugares más emblemáticos, rutas, alojamientos, restaurantes, celebraciones culturales... aquí: http://bit.ly/nA1Vdb. Además, este año es el 800 aniversario de la consagración de su Catedral. ¿Queréis visitarla virtualmente? Echad un ojo a esta aplicación: http://bit.ly/e5PejL
Un casco viejo como pocos he visto en la vida (realmente recomendable). Hecho quizás de menos más tiendas y negocios innovadores (al estilo Abastos 2.0) y calles en la zona nueva (y accesos a la ciudad) mas cuidados.
Aún así un lujazo y... No es conservadora.
Hola,Este año tuve la ocasión de ir a Galicia en un viaje programado y estuve en Santiago de Compostela. La verdad Paco como dices en tu blog, Santiago de Compostela es una ciudad mágica.Cuando entre en aquella plaza tan bonita, con las campanas que tocaban tan alegres, grupos de peregrinos que iban entrando y empezó a caer una suave lluvia que hizo que las piedras brillaran en el suelo.El casco viajo es extraordinario, con los sabrosos manjares de aperitivos tan ricos que tenías para de comer. También estuvimos en el mercado el pulpo, lo hacían ellos y luego tu ibas a comértelo al bar con un albariño. La catedral, sin comentarios, es preciosa. Toda sus riqueza de monumentos, en fin estaría escribiendo sin parar, Galicia es preciosa para volver .Un placerNeyLo2011
Precioso el post, nos ha encantado ver una referencia a un personaje tan conocido en Santiago de Compostela como es Zapatones, los que hemos tenido la suerte de encontrarnos con el siempre nos quedará grabado como símbolo de esta ciudad, por lo que de alguna forma seguirá deambulando por las estrechas callejuelas del casco antiguo.Un saludo :)
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