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Reportaje:

A la caza del ladrón

Los Mossos detienen a un ladrón multirreincidiente con diez órdenes de busca y captura en Premià de Mar tras una persecución de más de una hora

Cuando los Mossos d'Esquadra lograron detener finalmente a Adan C.L., de 32 años, le encontraron una catana, una cartera con una peluca incorporada, una cizalla, dos guantes de lana, varios teléfonos, mil euros, un reloj de alta gama y un arco desmontado... El ladrón obligó a los policías a perseguirle por Premià de Mar durante una hora. Los agentes dispararon a las ruedas de su coche e incluso al aire para detenerle. Pero el uso de un arma no le amedrentó. El hombre tenía diez órdenes de busca y captura (cinco del juzgado y cinco policiales). Una de ellas pedía su ingreso en prisión.

La caza del ladrón empezó cerca de las cinco de la madrugada. A esa hora una mujer alertó a los Mossos de que oía golpetazos en un edificio de oficinas cerca de su casa, en la plaza Roma Piera. Cuando la patrulla llegó se encontró la puerta de sietes despachos reventadas, un ordenador dispuesto para que alguien se lo llevase y dos hombres que salieron huyendo al oír los gritos de alto de los agentes. Primero se escondieron, y después se escabulleron por el tejado.

Al poco, otra patrulla vio a una persona que correspondía con la descripción de uno de los presuntos ladrones. Le dieron el alto, pero el hombre empezó a correr hacia el edificio de oficinas y se subió en un coche que había aparcado delante. Chocando con otros vehículos estacionados, el hombre escapó a toda velocidad. Los agentes alcanzaron a disparar a las ruedas delanteras del vehículo, pero tuvieron que apartarse para no ser arrollados.

El ladrón emprendió su huida por la Nacional II hasta que chocó con otro conductor, que resultó herido levemente. Eso tampoco le frenó: se bajó del coche y siguió corriendo a pie para evitar ser cazado. Pero de nuevo una vecina llamó a los Mossos: había un hombre escondido debajo de un vehículo en la calle de Enric Borràs. Cuando la policía le pidió que saliese, el hombre obedeció, pero al salir hizo amago de sacar una pistola del bolsillo. Los agentes dispararon al aire para amedrentarle. El caco echó a correr. Pero solo unos metros. La policía consiguió detenerle.

Al delincuente incansable y multirreincidente los Mossos le atribuyen robos con fuerza en aparcamientos y trasteros en Sant Quirze del Vallès y Santa Perpètua de Mogoda, la sustracción de varios objetos y el robo del coche, unos días antes de la persecución, con el que huyó de la policía. También le acusan de robos en el interior de coches en una comunidad de vecinos y otro robo en un vehículo aparcado en Sant Andreu de Llavaneres. La policía no descarta atribuirle más robos. El otro ladrón sigue en paradero desconocido.

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