¿Qué tienen en común las antiguas niñas diosas kumaris de Nepal, las indígenas arhuacas de Colombia, las prostitutas sagradas de India y las guisanderas de Asturias? Esa fue la pregunta que me hice al viajar por cinco tierras de raíz matriarcal para escribir Viajes que despertaron mis 5 sentidos y descubrir una sabiduría ancestral común. Todas y cada una de las mujeres que he entrevistado en cuatro continentes me han permitido descubrir claves imprescindibles que hemos olvidado en nuestra cultura; pero también sentir el lazo que nos une a todas las mujeres.
En Colombia las mujeres indígenas arhuacas me enseñaron la relación inseparable entre mujer y tierra; también que ha llegado el momento de que la mujer tome las riendas de su propia vida y aporte su saber al mundo en crisis. En Turquía las campesinas me descubrieron que aún está vivo el espíritu matriarcal que existió hace 10.000 años en las ciudades más antiguas del mundo. En Egipto conocí de cerca la vida de las mujeres nubias y descubrí sus costumbres, y el pasado faraónico matriarcal. Mientras, en India y Nepal fueron las charlas con las viudas, las prostitutas sagradas y antiguas diosas kumaris las que me descubrieron la clave para ser una misma en cualquier circunstancia. El viaje me devolvió a España donde seguí el rastro de los pueblos celtíberos, que me llevaron hasta las cocinas de las guisanderas asturianas.
Cada país con su herencia matriarcal y sus credos femeninos ha supuesto un camino para descubrir el pasado de la mujer que no suele contarse, también un viaje sensorial hacia mi propia memoria.
Y todos y cada uno de los viajes me han permitido descubrir que durante miles de años la mujer se ha identificado con la tierra, con su fertilidad y ha trabajado para mantenerla próspera. Las mujeres se han encargado –y se encargan- de guardar las semillas, la tierra fértil, también de parir y de cuidar de las familias.
Curiosamente hoy las mujeres indígenas a las que he conocido se definen como protectoras y guardianas de la tierra, y en la antigüedad las mujeres matriarcas de Anatolia adoraban a la fertilidad de la tierra encarnada en su Diosa Madre.
En un tiempo donde la relación ecológica con el planeta empeora, en un instante en el que la crisis económica exige replantearse la relación con el mundo donde vivimos, en un instante donde cada día mueren mujeres víctimas de la violencia machista, ha llegado el momento de recuperar la memoria matriarcal.
Elena García Quevedo es autora del libro 'Viajes que despertaron mis 5 sentidos' (editorial Viceversa).
Comentarios
http://nelygarcia.wordpress.com. Seguramente el poder matriarcal no sobrevivió, por excluir al hombre. Creo que lo mejor para una sociedad, es repartir las responsabilidades a partes iguales, teniendo en cuenta la percepción de cada género, incluyendo una dosis igual de cada una y, así obtener el equilibrío.
Existe una tendencia a relacionar la ecología con la mujer. Es como si el hombre quedase excluido de la tierra. Me parece una separacion peligrosa, mas que nada porque formamos parte de un todo. Relacionar solo a la mujer con la tierra no me parece positivo.
Lo que usted propone es que el hombre salga de caza (a currar fuera) y la mujer se quede en casa (currando dentro). ¿Y para esto tanto feminismo? No lo entiendo. O se explica mejor o va a resultar que tanta palabrería es fachada.Tartarín
Los matriarcados, los feminismos, no excluyen al hombre. Esta es una idea equivocada y tóxica que proviene del machismo y que la usan para confundir y dividirnos entre nosotras. Las mujeres, el espíritu femenino, es integrador, tolerante, negociador. Comparte, nutre, no excluye ni margina. Por eso se entiende, como Elena en su precioso libro, que la mujer es el arquetipo de la madre tierra, fértil y acogedora.
Pepa Castro:"Las mujeres, el espíritu femenino, es integrador, tolerante, negociador. Comparte, nutre, no excluye ni margina. Por eso se entiende, como Elena en su precioso libro, que la mujer es el arquetipo de la madre tierra, fértil y acogedora."Sí. Y el espíirtu masculino, es aventurero, valiente, protector, seguro, racional, de enorme capacidad ténica y resolutora de problemas. El hombre es el arquetipo del padre proveedor, protector, defensor, generoso y resolutivo. ¿Verdad?
La identificación de la mujer con la maternidad, el cuidado de la familia, de la casa, del huerto y de las gallinas y conejos del corral es lo que escucharon nuestras abuelas y nuestras madres de boca de las monjas y las mujeres de la sección femenina de Falange. Esta doctrina fue denunciada por las feministas como una abominación impuesta por el pensamiento machista y patriarcal. Pero como ahora el soniquete viene por boca de las viudas, niñas-diosas y prostitutas de los templos de la India y Nepal y de las campesinas de Anatolia hay que tragárselo como la solución universal a los problemas del mundo o, como les gusta decir a algunos, del planeta. Voy a tirar el ordenador por la ventana y a organizar una comuna que viva como nuestros ancestros del período Solutrense.
Yo añadiría a lo dicho por Feministo y Pepa Castro una reflexión. ¿Mozart fue mujer? ¿y Machado, Cernuda, Strauss, Wagner, Tolstoi, .............. ? Eso de que el espíritu de la mujer es integrador no es cierto. No hay nada más excluyente. Es tolerante con sus hijos y con nadie más y puede que sea negociadora pero esa es una condición tanto o más masculina que está en los libros de Historia. Hay tantos pactos como guerras y hasta ahora no ha habido oportunidad, al menos en esta era, de saber si las mujeres harán más guerras que pactos o a la inversa, pero hablar de ideas tóxicas, como si los hombres fuéramos como la serpiente biblica echando polvos de antrax por ahí, vamos, ...Tartarín
Estoy con Aristoclea. El discurso que se intuye en la sinompsis del libro es de lo ?mas heteropatriarcal. Que seamos mujeres no quiere decir que en lo unico que pensemos sea en tener hijos y cuidar de absolutamente todo. Vamos, que difiero por completo de lo que aqui se plantea como matriarcado.
Pues será en la Anatolia donde son protectoras de la tierra, porque en occidente producen per capita el doble de CO2 que los hombres. Y si tenemos pruebas de belicosidad de las mujeres, en la historia o en Libia, sin ir mas lejos (pais que pinta peor ahora que con Gadafi).
No se han documentado matriarcados, es decir, sociedades donde las mujeres ostenten el poder económico, religioso y político (contextualizado dentro de esa sociedad). Sí existen documentados los matrilinajes, modelos de sociedad donde las mujeres comparativamente con otras sociedades pueden disfrutar de libertades de herencia, matrimonio, movimiento, cuestiones relacionadas con la virginidad antes del matrimonio. Que las mujeres se hayan dedicado por tradición a una serie de cuestiones relacionadas con el cuidado y la generación, no quiere decir que el lugar de la mujer esté ahí y sólo ahí. No todas las mujeres son madres, no todas las mujeres tienen conferidas genéticamente habilidades de cuidado. Eso junto con todo lo demás, se aprende. Al ser aprendizaje ni varones ni mujeres estamos excluidos de tal aprendizaje. La mujer puede dar a luz, excluir a los varones de todo lo relacionado con la maternidad y paternidad es seguir viviendo en mundos separados, donde tristemente habrá alguien excluido. Ese no es el tipo de relación que defiende el feminismo, salvo el feminismo de la diferencia (que es de lo que trata este artículo)
No hace falta irse tan lejos. En España tenemos una sociedad matriarcal desde hace siglos, soportada por la omnipotente religión católica y en la que se fomenta el mito de la virginidad y la intocabilidad femenina y nadie se cuestiona la paternidad de un tal San José (que se produce bajo muy extrañas circunstancias).
No termino de entender que es lo que duele cuando se cita el matriarcado... hablar de matriarcado, de sentir en femenino significa excluir al hombre? yo me niego, por supuesto. Intentar ser mejor, nutrirnos de los unos y los otros, enriquecer todos mis lados (femeninos, masculinos y marcianos) se me antoja positivo, no excluyente o marginal...He trabajo casi 20 años dentro y fuera y casa. Aahora, soy ama de mi hogar, de mi familia, mis amigos... soy ama de casa mayúscula a jornada completa... y eso me convierte en qué? eso es malo? uy, uy... qué lío!Soy mujer y me gusta serlo. Pero por eso, no me dejan de gustar los hombres. Me encantan. Tengo un montón de ellos en mi vida y me chiflan no sabes cuánto... no es genial? A mis 44 años, soy matriarca de mi pequeño mundo: de mis hijos de 25 y 5 años. De mi compañero, en lo bueno y en lo malo. Y de mis hermanos, que desde que mi madre murió soy el bálsamo y el abrigo de sus corazoncitos, esos que nunca crecen y que necesitan amor materno cada día en nuestra vida... soy mujer y encantada de serlo porque gracias a mis mitades, mis chicos, sé lo que quiero ser... no necesito etiquetas, solo quiero ser mejor cada día y aprender de la experiencia, propia y ajena. Y compartir... Creo -sé- que este libro va de eso:-) un abrazo,
Me encanta ver como el feminismo manipula las palabras a su antojo. Machismo es negativo, feminismo es positivo, jaja, nanay, tan sexista es uno como otro.No me vendan cuentos. Está de moda vender que los femenino es maravilloso y lo masculino es horrible, pero intuyo que esto tiene los días contados. Hasta que cambiemos de gobierno, de hecho, ya con la crisis se ve que hay menos dinero para tonterías como financiar un mapa del clítoris con nuestros impuestos o decirnos que hay que poner una "a" a todo para ser más igualitarios, aunque suene mal y sea raro.El feminismo es sexismo.
ay... Seguimos en la insistencia de que un género es mejor que el otro... que las mujeres son mejores pero eso no es sexismo, eso no es fálico, no es totalitario... POR FAVOR RECORDEMOS QUE TATCHER Y MERKEL TAMBIÉN SON MUJERES! Me parece absurdo todo postulado dogmático, pero TODO! Así que no sé a dónde se pretende llegar. Ya cansa ese mensaje... Ya cansa ser señalado. Tanta "corrección" es bastante insoportable ya... DE VERDAD CREEMOS QUE ES ASÍ: QUE EL HOMBRE ES MALVADO Y LA MUJER LA BONDAD POR DEFINICIÓN? Hay muchas mujeres en España, llama la atención realmente, me parece que son mayoría o lo que sí seguro es la figura (y principal consumidora) de este régimen de consumo. Las halagan y consiguen votos, las halagan y consumen lo que sea. Chicas... DESPIERTEN! Las están manejando a su antojo hombres y mujeres del poder!!
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