El año acuático de Zaha Hadid
Con las piscinas olímpicas del Aquatic Center a punto de concluir y la London Roca Gallery con las puertas abiertas, Zaha Hadid vive en Londres su año acuático. Desde que abandonara paulatinamente los ángulos agudos del deconstructivismo, Hadid ha ido abrazándose, más y más –de la mano de su socio alemán Patrick Schumacher-, a la estética escurridiza y fluida de la arquitectura paramétrica. Tal vez por eso, un interior de aspecto líquido y alto presupuesto era el encargo perfecto para unir a una sólida empresa en expansión, que ha hecho del agua y el aseo su modus vivendi, con la diva londinense en su primer gran trabajo de interiorismo público construido en la ciudad en la que vive desde hace 35 años.
“Lo que sea menos un baño con burbujas”, así describe Zaha Hadid la nueva galería Roca London Gallery que la empresa catalana inauguró hace unos días en la capital británica. Pero lo cierto es que el local recuerda una caverna, un lago –blanco- e, inevitablemente, también las burbujas y los pliegues típicos de su arquitectura. Ubicada en los bajos de un edificio junto al Támesis, en el muy poco londinense barrio de Chelsea Harbour, la obra bien podría ser, como apuntó en la inauguración el antiguo crítico del Observer y director del Museo del Diseño, Deyan Sudjic, “la manera de Hadid de resarcirse con el público español tras el puente de Zaragoza”.
Aunque Hadid defiende su puente sobre el Ebro para la Expo, admite que las prisas no permitieron acabarlo bien. Y si algo es la Roca Gallery es un proyecto bien construido, magníficamente acabado. Con 1.100 metros cuadrados de sinuosidad, hormigón, fibra de vidrio, diseño y dinero, el espacio es el mayor interior firmado por Hadid hasta la fecha. Ejecutado en conchas de hormigón fabricadas en Alemania -y trasladadas al Reino Unido en un embalaje específicamente diseñado para el viaje, con tratamiento más de obra de arte que de elemento de construcción- el proyecto consigue a la vez ocultar los inodoros y que estos sorprendan –cual orinal de Duchamp- frente a la textura del hormigón.
La envolvente del edificio –de hormigón sucio, erosionado- recuerda, seguramente por casualidad, a una roca agujereada por el agua y gastada por el paso del tiempo. El interior, en cambio, es brillante, de fibra de vidrio y un hormigón gris que actúa recortando un único espacio en pequeñas cavernas y, a la vez, potenciando, por contraste, los brillos del mobiliario blanco. En Roca no han querido trabajar esta vez con Corian, uno de los materiales favoritos de Hadid, por el pésimo mantenimiento que en la firma le atribuyen y así, prefirieron que el escenario, las estanterías, las luminarias o los mostradores fueran de fibra de vidrio para poder mantener durante años la imagen líquida, brillante y limpia del primer día.
Arquitectos responsables del proyecto: Woody Yao y Maha Kutay.
Babelia
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