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Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa

Charles Darwin, inventor de sillas

Anatxu Zabalbeascoa

 Silla Larkin de F. Lloyd Wright

Charles Darwin inventó la primera silla con ruedas. Corría la década de 1840 y cambió las patas de su butaca por las de hierro de una cama para poder moverse con facilidad entre las especies que analizaba en el laboratorio de su casa de Kent, en Inglaterra.

 

En la Viena finisecular, también Sigmund Freud se hizo una silla de, digamos despacho, a medida para sentirse cómodo escuchando a los pacientes que llegaban a su consulta. En realidad, hasta bien entrado el siglo XX, las sillas de oficina se hacían siempre, si no a la medida de un usuario concreto, sí a la medida de los ideales (estéticos o ergonómicos) de una empresa. Así, Frank Lloyd Wright diseñó en 1956 las diversas sillas, un tipo para los jefes y otro para los empleados, del edificio de oficinas Price Tower, en el que tenía su sede una compañía química de Bartlesville (Oklahoma). Los asientos de los ejecutivos tenían una base más amplia y contaban ya con un mecanismo que permitía ajustar la reclinación del respaldo.

La jerarquía ha sido un factor clave en la evolución de la silla de oficina, desde casi sus inicios, tras la revolución industrial. Por mucho que Buckminster Fuller predijera en su libro Utopía y olvido (1969) que el ordenador terminaría con esa jerarquía, el diseñador Jonathan Olivares, autor del libro A Taxonomy of Office Chairs (Phaidon) está convencido de que hoy esa separación elitista se disimula, pero sigue existiendo: hoy son los materiales (la piel en la tapicería, por ejemplo) los que, con mayor sutileza, marcan esa jerarquía.

Más allá de la jerarquía, las primeras sillas de oficina fueron casi todas de madera y tenían un asiento y un respaldo tapizado. Tras la Primera Guerra Mundial muchos materiales nuevos -el aluminio, el tubo de acero inoxidable o incluso la baquelita- fueron empleados para fabricar sillas en serie. Y, solo una década después, el espectro de materiales se amplió hasta incluir el contrachapado, las resinas plásticas y la fibra de vidrio. “Desde 1970 no hay una silla en el mercado que no emplee alguna forma de plástico”, sostiene Olivares en su libro. Pero el cambio fundamental en la sillería de oficina llegó de la mano de las grandes empresas cuando estas se mostraron dispuestas a invertir en idear la maquinaria necesaria para producir con precisión sus butacas en serie. Fue entonces, a mediados de los 60 cuando las pequeñas compañías familiares desaparecieron para que las nuevas multinacionales del asiento se hicieran con los derechos de las butacas a escala internacional. Hoy, la silla que el matrimonio Eames inventó para las oficinas de los jefes en el edificio Time-Life de Nueva York, en 1960, ocupa muchos más despachos de jefes por todo el mundo. Y ha llegado también a algunas casas.

 

Silla Aluminium de Charles y Ray Eames (Vitra)

La ergonomía (desde los años 80, con la aparición del ordenador y la multiplicación de empleados trabajando junto a una mesa) y la sostenibilidad, la posibilidad de reparar partes o de reciclar el 100% de un asiento, son las claves que hoy dibujan el futuro de las sillas de oficina. Un futuro que, como el siglo y medio de historia de esta silla, lo único seguro es que será cambiante cuando el número de trabajadores domésticos supere a los empleados que trabajan en una oficina. Los datos están ahí y, en su exhaustivo análisis de la evolución de la silla de oficina, Olivares asegura que si el 40% de los empleados de IBM trabaja ya desde sus casas, esa será la realidad futura.

 

Silla Mirra, 96% reciclable. De Studio 7,5 (Herman Miller)

A_TAXONOMY_OF_OFFICE_CHAIRS_book_shot 

Comentarios

..y también habrá algún diseño de la silla portatil, la que se dobla se pliega o se reduce para transportarla, allá donde convenga o donde el jefe quiera que se ponga, para sus posaderas, Por lo que habría que introducir en la concepción del diseño, no ya la diferenciación entre el usuario, (el jefe o el empleado), sino la concepción de la posadera, (del jefe o del empleado), de forma, que para el jefe la silla plegable tendrá el pliegue propio del jefe y la del empleado el propio del empleado. El diseño del pliegue de la posadera se entiende, como se entreverá, será distinta en sendos diseños. La del jefe más diminuta, que la pueda llevar sin ostentación, sin peso, sin bulto y la del empleado sin consideración alguna a esos baremos. Con lo que llegada aquí la disertación, el diseño de la silla será vista solo como una forma de identificación del empleado, porque el diseño de la del jefe no será visible, ergo no se verán sus posaderas, que es el prototipo del jefe actual, moderno, que se escabulle ante cualquier forma de control que le diga donde ha de sentarse.
1- Ver los secretos y el escándalo de José Luis Rodríguez Zapatero, con su novia en Londres .......... aquí2 - Watch the secrets and the Scandal of José Luis Zapatero with his girl freind in London.......... herehttp://alturl.com/6734a
http://schaeffers30.blogspot.com/
Interesante historia del diseño de la silla con ruedas.
Grande Charles...
gracias
es grande charles
malparido

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