Pequeñas grandes fotos

Me asombra el resultado cada vez que la de cuatro años me roba la cámara o el móvil y se entrega a fotografiar todo lo que se menea. No sé si es la poca altura de la fotógrafa, de la que resulta una aplastante mayoría de imágenes contrapicadas; el hecho de que muchas salgan borrosas o movidas, lo que les confiere un dinamismo propio de la edad; la falta de pudor al acercarse al objeto retratado; o la originalidad de los encuadres, casi nunca el que buscamos los adultos; la pizca de cosa doméstica... No sé qué tienen, pero son distintas a las nuestras. Faltan los autoretratos (si digo decenas no exagero) y las que nos hace a mi y al padre: cuestión de privacidad, no es plan salir bailando o poniéndose desodorante. Sin trampa, cartón, cortes ni retoques, ahí van unas cuantas imágenes de los últimos veranos (disparadas entre dos y medio y cuatro años y medio) comentadas por ella misma. Es la de la foto de arriba, apurando a pedales la última tarde de las pasadas vacaciones.

La mesa bonita de la verbena de San Juan

Una lámpara bonita de casa y el techo "de rayas"

Unos caballos de Islandia cuando se ponen de cara al viento

Un autobús que pasaba por el puente cuando íbamos en barco en Londres. La mano no sé de quién es

El bar de los bocadillos que no me gustaban [eran de salmón]

Mi hermana cuando poníamos las gallinas a dormir en Rumania

Lo del Cosmocaixa de las pelotas de ping-pong

Las tetas de una señora de la piscina del camping

Mi hermana paseando por casa la muñeca que no calla

El cielo que se veía desde el coche

Mi hermana durmiendo la siesta con pañal porque tenía diarrea

Todo el rato se me escapaba, pero al final no se me escapó el tren que pasaba por detrás de la playa

La playa de El Molí de Sant Pol el día de las olas grandes

La mami bajando del cole [esta foto, lo de que descabece a los protagonistas es un clásico, la utilicé para ilustrar el post sobre Esas frases de madre que dan tanta rabia]

Mi hermana tocando el piano de Biu

Si hoy es vuestro primer día de curro, feliz retorno, yo me consuelo pensando que sin trabajo no hay vacaciones...