Políticas que ven la viga en el ojo ajeno
Por Soledad Alcaide
Solo una mujer va a formar parte de la Mesa de la Asamblea de Madrid, en la que hay siete miembros. Ninguna ley exige la paridad en los órganos de gobierno parlamentarios, porque la Ley de Igualdad solo se refiere a la composición de las listas electorales. Pero esta situación ha servido a las diputadas socialistas para firmar un manifiesto en el que se quejan de la escasa representación femenina en la Mesa. “Si la mayoría de la sociedad madrileña somos mujeres, y si los madrileños hemos elegido a nuestros representantes según el criterio de paridad, esa igualdad debe estar representada en la Mesa que rige los debates de la Asamblea”, afirman las 17 parlamentarias del grupo socialista.
La paradoja es que el Partido Socialista de Madrid (PSM) no ha incluido a ninguna mujer en el puesto que le corresponde, como tampoco lo han hecho IU ni UPyD. Solo hay una mujer en la Mesa y la ha propuesto el PP: la vicepresidenta de la Asamblea, Cristina Cifuentes. En la legislatura que acaba de terminar, cuatro de los siete miembros eran mujeres: tres del PP y una del PSM.
Los socialistas sí tenían pensado presentar ahora una representante, la exministra Matilde Fernández. Pero un pacto del resto de partidos con el fin de que todos los grupos estuvieran en la mesa, al que el PSM no se sumó, les dejó sin uno de los dos puestos que les habría correspondido por la representación obtenida en las elecciones del 22 de mayo. “Parece mentira que Esperanza Aguirre, la única presidenta regional en la última legislatura, haya permitido que la composición de esta Mesa solamente cuente con una mujer de entre siete miembros que la componen”, ha declarado una de las diputadas socialistas, Josefa Pardo.
Los reproches de las diputadas socialistas se han dirigido en todo momento al PP, que tiene mayoría en la Cámara madrileña y que fue el artífice del pacto que restó puestos al PSM en la Mesa. Pero no han exigido ninguna responsabilidad a la dirección de su grupo que, en lugar de presentar a Matilde Fernández, decidió que el lugar que les correspondía lo ocupara el diputado Juan Barranco.
“¿Cómo pueden quejarse si ellos han presentado a un hombre?”, afirma la única mujer que se sentará en la Mesa, la diputada popular Cristina Cifuentes. “Los únicos que hemos elegido a una mujer somos nosotros, que no creemos en las cuotas. Que empiecen por aplicarse lo que piden”.
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