Una despedida contra UPyD y con el 15-M en el retrovisor

Con una encendida defensa del trabajo político, y alguna reflexión sobre los intentos "populistas" de recortar sus medios o variar sus métodos, se han cerrado esta mañana cuatro años de mandato municipal en el Ayuntamiento de Madrid, en un Pleno que ha servido para aprobar las actas pendientes (el sábado se constituirá la nueva corporación emanada de las elecciones del 22 de mayo) y, como es tradicional, permitir a los concejales salientes despedirse de sus compañeros. 17 concejales de los 57 que componían la anterior Corporación Municipal dejan el Ayuntamiento. Algunos continuarán su labor en la Asamblea regional; otros lo harán en sus partidos; pero también los hay que dejarán la vida política e incluso quien amaga con romper su carnet de militante. En concreto, se han despedido cuatro de los 34 del PP; 12 de los 18 del PSM; y uno de los cinco de IU.

El alcalde saliente (y, como han recordado algunos ediles entre bromas, entrante), Alberto Ruiz-Gallardón, ha interpretado la emoción de aquellos que decían adiós como una muestra de "la profundidad de su compromiso y amor a su trabajo. "La política es una labor noble", ha dicho, para añadir a continuación sobre la labor municipal en concreto: "Es el trabajo político más extraordinario que hayamos podido hacer, y el más cercano a los ciudadanos. Es mucho lo que nos queda por hacer, y deberíamos abordarlo juntos, deberíamos ampliar los espacios de consenso, muy especialmente en estos momentos en los que los ciudadanos no piden que seamos capaces de hacerlo".

"A los palacios solo iré a asaltarlos"

Resumía así Gallardón las corrientes de fondo que han atravesado la mayoría de intervenciones del día. El primero en tomar la palabra ha sido Daniel Morcillo, edil de Izquierda Unida hasta hoy y secretario general del Partido Comunista de Madrid, que, "con permiso de la demagogia", quiso agradecer su ayuda a los asesores, conductores y escoltas con los que ha trabajado estos años. Hacía referencia al debate introducido la semana pasada por UPyD (que entra en el Ayuntamiento por primera vez, con cinco concejales) y que llevó a los grupos a acordar, no sin reticencias y críticas mordaces, una reducción en los coches oficiales y la seguridad de los ediles; queda por cuadrar la cifra de asesores con los que contará para su trabajo político cada uno de los partidos.

Morcillo ha deslizado además de manera elegante una última crítica al alcalde por el reciente traslado de la sede municipal al Palacio de las Comunicaciones, en la plaza de Cibeles, que aún no ha afectado, eso sí, a las sesiones plenarias. "Le agradezco que me haya permitido despedirme en esta Casa [de la Villa], que a los palacios solo iré a asaltarlos como en 1917", le ha espetado a Gallardón, entre risas.

De la Puerta del Sol a la Academia de Historia

Más enérgica si cabe ha sido la socialista Isabel Vilallonga, para quien también se puede hacer política desde la Puerta del Sol ("de la buena", ha dicho, en referencia al movimiento 15-M) o desde la Academia de Historia ("de la mala", por el polémico diccionario biográfico). "Pero en estas horas bajas de la política institucional, diré que el populismo reaccionario está llevando a cabo una campaña contra la clase política con fines electoralistas. Es fácil hablar mal de los representantes de los ciudadanos, pero así se acaba hablando mal del pueblo y de la democracia (el peor de los sistemas, excluyendo al resto, dijo Winston Churchill)". En su opinión, "la política es una actividad noble que se desarrolla con dignidad. Que haya una minoría corrupta, que los partidos no han sabido atajar, no significa que la mayoría no vaya ligera de equipaje, como decía Antonio Machado". Y ha denunciado además el intento de "intrumentalizar" el hecho de que los concejales vayan en coche oficial o en transporte público como un "golpe bajo que no tiene ningún futuro".

Tras augurar "tiempos turbulentos, y no solo por la crisis", su compañero Oscar Iglesias (que obtuvo un escaño en la Asamblea regional) ha llamado al PP y el PSM a mostrar "un plus de responsabilidad" y a "recuperar muchos de los consensos de la Transición". Y se ha unido a las críticas: "Es más fácil ser populistas, pero no hay democracia sin participación ni representación, y estas no vienen del aire, necesitan de medios y fondos. Si no, solo podrían dedicarse a la política las clases poderosas. No hay democracia sin partidos, y estos precisan de medios para conseguir sus fines. Reivindico la política: si no, mandarían los poderes económicos, que son los que mandan siempre".

Su compañero de partido y ahora también en la Asamblea, Pedro Santín, ha incidido en defender el trabajo municipal, ante la posibilidad que ve ahora de duda o sospechas al respecto. "Como ciudadano, me siento perfectamente representado en esta casa. Lucharé por cambiar el juego de mayorías, pero no tengo ninguna duda sobre la calidad [de los representantes políticos", ha explicado.

Un mal sabor de boca

Pese a que eran cuatro los concejales del PP que no repetirán, solo tomó la palabra Íñigo Henríquez de Luna, elegido ayer ("un día feliz en lo político y en lo personal") portavoz de su partido en la Asamblea regional al tiempo casi que un juez acordara su sobreseimiento libre y parcial en un presunto de corrupción (que sigue abierto) por tráfico de influencias. "He sido honesto, he hecho de la defensa de la legalidad mi máxima, y por defender eso recibí hace tres años una imputación injusta. Conocer el archivo de la causa cinco minutos antes de recibir el acta me ha dejado un mal sabor de boca", ha dicho. "Al señor David Lucas [portavoz socialista] no le guardo ningún rencor, pero me pareció injusto que se archivara la causa cinco minutos antes de que me aforara y se siga cargando en cambio contra los funcionarios. Por respeto a ellos, le pediría que retirara la acusación popular", ha añadido en ese sentido.

Henríquez ha coincidido con la socialista Isabel Vilallonga en que "el sistema ha dado cosas buenas pero hay que reajustarlo porque el traje se le ha quedado estrecho", y ha concretado sus deseos: "Ojalá los vecinos puedan elegir directamente al alcalde y a los presidentes de distrito". En referencia al 15-M, ha asegurado: "Se equivocan: la única democracia real es la representativa. Pero hay una demanda social para que las cosas cambien, y podemos hacer mucho". A sus tres compañeros los ha despedido el portavoz popular y vicealcalde, Manuel Cobo, que ha pedido además "respeto" por los representantes municipales, "que independientemente de tener ideas distintas se han dejado mucho para todo vaya mejor".