_
_
_
_

Humor turco en femenino

Por Blanca López Arangüena

Un hombre apuñala a una mujer en medio de la calle. La gente corre a su rescate : “La están matando” “No lo hagas”. En la siguiente viñeta el hombre grita “No te divorciarás de mi” mientras remata la faena. Los rescatadores se giran, indiferentes “cosas de familia” “volvamos a lo nuestro”. Esta escena tristemente común en Turquía y que ilustra figura sobre estas líneas, es una de las primeras tiras cómicas de Bayan Yani, una publicación escrita enteramente por mujeres que recoge la sátira más amarga del machismo turco.

Sentadas en la cafetería debajo de su estudio, en el centro de Estambul, cuatro de las 20 mujeres que componen Bayan Yani están esperando la entrevista. Mientras aguardan fuman cigarros – a pesar de estar prohibido en Turquía desde 2010- y se leen una a la otra los posos del café. Una estampa muy femenina para hacer frente a una sociedad patriarcal con más de cuatro millones de mujeres analfabetas.

Para ninguna ha sido difícil abrirse paso como artista en el mundo del cómic. Casi todas han aprendido a dibujar en la escuela de Bellas Artes, algo que las diferencia de sus colegas masculinos, en los que la tradición manda que se enseñe de maestro a alumno, a la vieja usanza. Algunas tienen su propia galería, otras trabajan para diferentes medios de comunicación. Visten modernas, conscientes de que son la vanguardia de una Turquía en la que el 42 % de las mujeres sufren violencia doméstica y donde más de 200.000 comparten marido por la poligamia, según un reciente estudio de la Universidad de Hacettepe.

“Los temas que tocamos no son diferentes de los de otros cómics, pero lo hacemos desde una sensibilidad femenina” quieren dejar claro antes de empezar. “Somos una revista escrita por mujeres, pero dirigida a ambos sexos”, matizan. Sus protagonistas son las olvidadas por sus colegas varones: amas de casas que cotillean sobre la vida conyugal, jóvenes que despiertan a la sexualidad o mujeres veladas que comparten experiencias con chicas sin velo. No existe ningún tabú a la hora de escribir, todos los temas pueden tocarse: sexo, política, religión. Las autoras aseguran que no llegan tan lejos como las caricaturas de Mahoma en Dinamarca, simplemente porque “Mahoma no es gracioso”, pero sus sátiras cuentan lo que muchos medios de comunicación callan.

“No pertenecemos a grandes empresas ni partidos, por eso somos libres para denunciar lo que nos parezca” explica M.K. Perker uno de los dibujantes de cómics más famosos de Turquía que trabaja para LeMan, la casa editorial a la que pertenece Bayan Yani. Los 30.000 ejemplares que venden a la semana les dan carta blanca para tratar cualquier asunto.

Bayan Yani nació como un número especial de LeMan para el 8 de marzo, día internacional de las mujeres, pero la espectacular acogida de los lectores la transformó en una publicación permanente. “Las revistas se agotaron en una semana” explica Ezgo Aksoy, encargada de la sección de política.

Entre todas escogieron el nombre Bayan Yani, que se traduce literalmente como “el asiento al lado de una mujer” y hace referencia a una práctica muy común en el país: cuando una mujer compra un billete para un autobús de larga distancia se le asigna un asiento al lado de otra. “Las compañías de autobuses los dividen en zonas azules y rosas, por eso tienes que señalar claramente tu sexo” explica Ezgi Aksoy, encargada de la sección de política. “El nombre es una protesta por esta segregación, pero también muestra que la revista se hace desde una perspectiva de mujer”. Y parece ser que el mercado lo estaba necesitando: el número de mayo desapareció de los quioscos a los pocos días. El de junio está en camino.

La industria del cómic turco ha tardado 150 años en que las mujeres dieran su punto de vista. Ahora nadie las va a callar. Lo dicen los posos del café.

Comentarios

No hace tanto tiempo que en España se hablaba de suceso doméstico. El asesino sólo se cebaba en SU mujer por lo que no era un tema de peligrosidad social. El maltrato era una cosa de la pareja o de cada casa en la que no había que meterse y el mantenimiento de la familia llevaba a que se dijera a la mujer que aguantara. Y eso dicho hasta por madres. Aguanta hija, aún lo dicen hoy. En el caso de Turquía igual piensan que la primera puede ser la mujer de OTRO o del honor de alguien. En los delitos de honor, que hay aún en el mundo, es el honor de la familia el valor. Si ocurre algo la culpa es de la atacada. Es un chiste y como tal exagera, pero lo encuentro acertado para hacer ver que lo que se aprende de pequeño es, también, el abuso.
Hasta que no se ponga seria la justicia y creamos todos en ella, no avanzaremos en la civilizacion. Un ejemplo diferente es que estan fumando en un bar cuando esta prohibido por la ley. Nadie toma en serio las leyes (ni siquiera los que luchan por que se cumplan).
En todas partes cuecen habas ... ya lo apunta el primer comentario
Sensacionalismo barato.En turquia las mujeres pueden votar desde 1924, mucho antes que paises como Francia, Canada, Italia, Japon..etc, pero no os veo haciendo reportajes generalizando sobre esos paises.Al atontao que hablaba de suecas y noruegas, tu nunca has estado en Turquia o has visto una turca, y aunque conocieras a una es imposible que te acepten por muchas cosas que no voy a molestarme en escribir..
Es interesante lo que apunta NWO, pero hay que matizarlo.Cierto es que, a veces, la situación de la mujer en el ámbito público (puede votar, ser elegida etc.) no se corresponde con su posición en la familia. Así. ha habido ministras n países como Marruecos que para salir al extranjero han necesitado el permiso del marido.En el caso de Turquía Ataturk quiso un país laico "filo comunusta", pero la influencia de la religión perdira y el machismo que la acompaña lleva a que haya contradicciones como la que señala en el cómic. En Turquía conviven las dos tendencias y puertas adentro de una casa es donde se sitúa el bastión de todas las religiones ... Otra falta de lógica como la que condena el chiste.
paul,soy un hombre y no me representas ni a mi ni a ningún hombre que conozca.Por suerte en este país existe una mayoría que creemos en la libertad de los seres humanos y el respeto a la vida.
lhabas "en todas partes se cuecen habas" pero hay que evitar a toda costa y mundialmente que esas habas sigan siendo mujeres, como dijo Ghandy "Yo puedo morir por una idea pero ninguna idea me hará matar por ella"

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_