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Difícil juicio por el secuestro y violación múltiple de una menor discapacitada psíquica

La Audiencia de Valencia juzga solo a un acusado, para el que pide 90 años de cárcel, al estar los otros dos en paradero desconocido

La Sección Cuarta de la Audiencia de Valencia ha asistido hoy al difícil juicio por la supuesta violación múltiple y retención ilegal de una menor con cierto grado de discapacidad psíquica en La Pobla de Vallbona. Los acusados son S. Z. (el único sentado en el banquillo), su hermano (que se halla en paradero desconocido) y una "tercera persona no identificada", que sería amigo de los anteriores.

Según el escrito de acusación (la calificación) de la fiscalía, a media tarde del 20 de noviembre de 2007 la chica se encontró con el procesado por las calles de La Pobla (comarca de Camp de Turia) y la convenció de que subiera a su coche. La llevó a una caseta de aperos de la partida de La Foia donde vivía con su hermano y el hombre no identificado. Una vez allí, según el ministerio público, forzaron a la menor a mantener relaciones por turnos con los tres diciendo que si trataba de irse le pegarían y tirándola al suelo. Los hombres obligaron a la menor a pasar la noche en la caseta. Por la mañana, los tres salieron dejándola encerrada en el interior. Regresaron por la tarde y volvieron a violarla, "diciéndole que si no se dejaba la matarían". La retuvieron otra noche y otro día y volvieron a abusar de ella amenazándola de muerte.

El 23 de noviembre por la tarde, la policía local y la madre de la menor se presentaron en la caseta. La chica fue liberada. No consta que los dos hermanos, que se encontraban en ese momento en la vivienda, fueran detenidos. Tres días después, la madre presentó la denuncia por detención ilegal y abusos sexuales.

Hasta ahí la calificación fiscal, que ha solicitado 90 años de cárcel para el acusado. Esta mañana, el acusado ha negado los hechos. Ha afirmado que la chica era amiga de su hermano y que fue éste quien la llevó a la casa, que él no mantuvo relaciones con ella, que no sabía que era menor y que la joven permaneció en la vivienda por libre voluntad. La declaración del procesado ha sido complicada porque no habla castellano (al parecer, los tres acusados son magrebíes).

La médico que atendió a la menor tras ser supuestamente liberada ha indicado que no presentaba lesiones ni desgarros vaginales aunque eso, ha añadido, no impedía que hubiera tenido relaciones sexuales no consentidas con los tres varones. Los forenses psicológicos han señalado que la menor sufre un cierto grado de discapacidad psíquica, que sabe lo que son las relaciones sexuales y que es capaz de dar su consentimiento, pero que no goza de capacidad plena para ejercer la libertad sexual. Esta última explicación ha parecido un tanto ambigua.

Más contradictoria respecto a la calificación fiscal ha resultado la declaración de la menor, a quien el ministerio público ha atribuido un "déficit intelectual ligero". En primer lugar, la joven, que ha hablado protegida por un parabán, ha indicado que en el coche en el que la invitaron a subir la tarde del 20 de noviembre iba más de un hombre. Que una vez llegaron a la casa de aperos, se halló allí con cuatro varones, aunque luego ha indicado que eran tres. Ha confirmado que mantuvo relaciones no deseadas con los tres hombres durante todos los días que estuvo allí: ella decía que no y ellos lo hacían de todas formas. Ha declarado, sin embargo, que no la tiraron al suelo ni la amenazaron ni de muerte ni con pegarle.

Por las mañanas, ha proseguido, los hombres se marchaban cerrando la puerta tras de sí. La casa tenía una ventana grande y sin rejas, pero no se le ocurrió escapar por ella o dar voces para tratar de que la oyeran desde alguna de las casas cercanas.

Tampoco pidió ayuda, en un pasaje que ha resultado confuso, a una mujer, al parecer conocida de la madre, que estuvo en la casa una de las noches que la menor paso allí. La madre de la chica ha sugerido que dicha mujer era en aquella época (o que al menos lo había sido previamente) toxicómana.

También han sonado contradictorio algún aspecto del momento de la supuesta liberación. Según el atestado de la policía, la menor se quedó en la puerta, sin reaccionar ni hablar con su madre. La progenitora ha contado hoy que inicialmente la menor salió corriendo. "¿Por qué?", le ha preguntado la abogada de la defensa. Es posible, ha respondido la madre, que tuviera miedo de que la riñera.

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