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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Cinco notas incómodas sobre la economía verde española

Gonzalo Fanjul

El pasado 21 de febrero el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) publicó su informeHacia una Economía Verde. Según este trabajo, la economía denominada 'verde' puede generar de inmediato el mismo volumen de empleos que la economía tradicional y ofrecer una alternativa completa en el largo plazo. Solo en nuestro país, el número de empleos 'verdes' ronda el medio millón (100.000 de ellos en el sector de las energías renovables), lo que supone el 2,2 por ciento del empleo español. Como señala el PNUMA en su informe, se trata deinventar modelos económicos que permitan reducir la pobreza y generar empleos de calidad sin destruir los recursos naturales del planeta o hipotecar su futuro con un calentamiento global fuera de control.

El caso es que hace un par de días asistí al Diálogo sobre Economía Verde y Trabajo Decente que organizaron diferentes movimientos sindicales de la mano de la fundación Sustain Labour. La ocasión reunió en Madrid a algunas de las figuras más interesantes en el esfuerzo global para lograr esta cuadratura del círculo. También intervinieron varios líderes políticos y sindicales de nuestro país, desde la ministra Rosa Aguilar a los secretarios generales de CCOO y UGT.

Los discursos fueron impecables, pero resulta inevitable hacerse algunas reflexiones incómodas sobre la seriedad de sus intenciones. Les sugiero cinco que me parecieron especialmente evidentes:

1) La ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino se explayó describiendo la economía verde como "la economía del futuro". Desgraciadamente, su entusiasmo contra el cambio climático encaja mal con la ofensiva de su gobierno para mantener las ayudas europeas al carbón, que trajeron a mal traer alministro Miguel Sebastián hace unos meses.

2) Cándido Méndez, Secretario General de UGT, apareció como una bailarina del Moulin Rouge en un convento de clarisas. Su desconocimiento de las cuestiones medioambientales es un síntoma de un problema mucho más grave: la ecología sigue ausente del corazón de las posiciones de unos sindicatos que hoy dicen esto y mañana exigen el sostenimiento del carbón o la ampliación de la vida útil de las centrales nucleares para conservar los puestos de trabajo. Como en el caso de la inmigración irregular, los sindicalistas que llevan esta bandera son la excepción a la regla.

3) Los escépticos de las energías renovables y sostenibles utilizan a menudo la excusa de la rentabilidad. Pero, como dejó claro en su intervención el Prof. Diego Azqueta, la única razón por la que las energías no renovables son más baratas es porque no consideran algunos de los costes en los que incurren. Si incorporásemos el coste de la contaminación que provocan o el del riesgo que suponen para la seguridad, no sería necesaria ningún tipo de protección o subsidio para las renovables, porque su rentabilidad sería evidente.

4) Varios intervinientes se refirieron al apoyo de algunos líderes europeos a nuevos indicadores de progreso que vayan más allá del estricto crecimiento económico. Pesos pesados como Sarkozy y Cameron hablan del FIB y de sus posibilidades, pero sus ministros de economía consultan cada trimestre la evolución del PIB como si se tratase del Oráculo de Delfos.

5) La (añorada) exministra Cristina Narbona dejó bien claro que la introducción de un nuevo modelo exigirá mecanismos innovadores de financiación. Y por eso apoyó de manera enfática la Tasa Robin Hood (aunque ella no la llamó así): "si lo peor que nos puede ocurrir es una huida de los capitales especulativos, bienvenida sea". ¿Cómo se explica entonces que los responsables del Ministerio de Economía estén torpedeando a otras oficinas del Gobierno que trabajan para sacarla adelante?

Comentarios

Sobre este tema no se hace más que demagogia y casi siempre por pura ignorancia. La nueva economía, la economía sostenible, economía verde o como puñetas la quieran llamar no es un remedo de la actual, no puede serlo, debe estar enfocada a reformular la base del sistema, no se puede sustentar la riqueza en el aumento demográfico porque eso es precisamente lo que nos está poniendo a las puertas de la catástrofe.
"Los escépticos de las energías renovables y sostenibles utilizan a menudo la excusa de la rentabilidad".Tanto como excusa...http://current.com/technology/93109786_doing-the-math-comparing-germanys-solar-industry-to-japans-fukushima-reactors.htmPero incluso dándola por buena, no es la única razón para ser escéptico acerca del uso de renovables como base del sistema de suministro energético. El coste (energético) de producción del dispositivo debe ser ponderado con la vida media del dispositivo. [Las fotocélulas de Silicio, por ejemplo, tienen que reemplazarse al cabo de 10 años. Me juego un huevo (los dos no) a que el Prof. Azqueta no lo comentó en la charla] .El "otro" "gran" "problema" "de" las (esto sin comillas) energías renovables es su implementación como red de suministro. Esto consta de dos aspectos: 1) Potencia máxima que puede generar. 2) Potencia media. Energías solares y eólicas presentan problemas para satisfacer ambos (al día le sigue la noche, al viento la calma. Cuánta energía, sólo eléctrica, necesita al día Japón?). Con biomasa tenemos el problema gordo (no va por ti, autor del blog) de su implementación a gran escala: sube el precio de los alimentos, la superficie de cultivo aumenta, etc. La fusión está por llegar, y tardará aún 30 años, a contar a 30 años vista a partir del 2041. El gas natural, aunque ayuda a reducir la emisión de CO2 a la atmósfera, es mucho más perjudicial para el medio ambiente cuando escapa libre a la atmósfera (lo que ocurre inevitablemente en el proceso de producción). Y una tras otra...Qué difícil es encontrar una solución. Y se complica cuando uno constata que la mayor parte de la energía que utilizamos no es, como creemos, al encender y apagar la luz de la casa, sino en la producción industrial. Aquella mediante la cual se producen, por ejemplo, bandejas de plástico donde ponemos los tomates, los embalamos en mucho plástico y los vendemos a 500km (como mínimo) de distancia. Es ESO lo que hay que cambiar. El debate nuclear/renovables es a su lado una nimiedad.
Existen varias formas de aproximarse a la economía verde, la más original quizás sea la que propone Susan George en su último libro. A saber: ya que la Segunda Guerra Mundial fue la forma de salir de la crisis de los años 30, la economía verde puede suponer la salida a la crisis actual haciéndola atractiva para los depredadores de capital ávidos de nuevas formas de amasar fortuna. Sin embargo poco se habla de la eficiencia de las energías renovables ¿sería capaz toda esa revolución verde, economía verde, I+D verde,... de satisfacer la actual y/o futura demanda energética? Mucho me temo que no. La economía "verde" de nada sirve si no va acompañada de una deseconomía (pónganle ustedes color), llámese decrecimiento o cualquier nuevo vocablo que llame la atención. En definitiva: una drástica reducción de la demanda energética.
jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa jaaaaaaaaaaaaaaaaa jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
No puedo estar más de acuerdo con el Prof. Diego Azqueta. Después de ver tanta hipocresía, mi pregunta es ¿Podrías decirnos si hubo alguien que habló de manera coherente con sus actos? También sería interesante conocer quién realmente está trabajando en el desarrollo de una economía verde.¡Gracias!
Sobre este tema no se hace más que demagogia y casi siempre por pura ignorancia. La nueva economía, la economía sostenible, economía verde o como puñetas la quieran llamar no es un remedo de la actual, no puede serlo, debe estar enfocada a reformular la base del sistema, no se puede sustentar la riqueza en el aumento demográfico porque eso es precisamente lo que nos está poniendo a las puertas de la catástrofe.
"Los escépticos de las energías renovables y sostenibles utilizan a menudo la excusa de la rentabilidad".Tanto como excusa...http://current.com/technology/93109786_doing-the-math-comparing-germanys-solar-industry-to-japans-fukushima-reactors.htmPero incluso dándola por buena, no es la única razón para ser escéptico acerca del uso de renovables como base del sistema de suministro energético. El coste (energético) de producción del dispositivo debe ser ponderado con la vida media del dispositivo. [Las fotocélulas de Silicio, por ejemplo, tienen que reemplazarse al cabo de 10 años. Me juego un huevo (los dos no) a que el Prof. Azqueta no lo comentó en la charla] .El "otro" "gran" "problema" "de" las (esto sin comillas) energías renovables es su implementación como red de suministro. Esto consta de dos aspectos: 1) Potencia máxima que puede generar. 2) Potencia media. Energías solares y eólicas presentan problemas para satisfacer ambos (al día le sigue la noche, al viento la calma. Cuánta energía, sólo eléctrica, necesita al día Japón?). Con biomasa tenemos el problema gordo (no va por ti, autor del blog) de su implementación a gran escala: sube el precio de los alimentos, la superficie de cultivo aumenta, etc. La fusión está por llegar, y tardará aún 30 años, a contar a 30 años vista a partir del 2041. El gas natural, aunque ayuda a reducir la emisión de CO2 a la atmósfera, es mucho más perjudicial para el medio ambiente cuando escapa libre a la atmósfera (lo que ocurre inevitablemente en el proceso de producción). Y una tras otra...Qué difícil es encontrar una solución. Y se complica cuando uno constata que la mayor parte de la energía que utilizamos no es, como creemos, al encender y apagar la luz de la casa, sino en la producción industrial. Aquella mediante la cual se producen, por ejemplo, bandejas de plástico donde ponemos los tomates, los embalamos en mucho plástico y los vendemos a 500km (como mínimo) de distancia. Es ESO lo que hay que cambiar. El debate nuclear/renovables es a su lado una nimiedad.
Existen varias formas de aproximarse a la economía verde, la más original quizás sea la que propone Susan George en su último libro. A saber: ya que la Segunda Guerra Mundial fue la forma de salir de la crisis de los años 30, la economía verde puede suponer la salida a la crisis actual haciéndola atractiva para los depredadores de capital ávidos de nuevas formas de amasar fortuna. Sin embargo poco se habla de la eficiencia de las energías renovables ¿sería capaz toda esa revolución verde, economía verde, I+D verde,... de satisfacer la actual y/o futura demanda energética? Mucho me temo que no. La economía "verde" de nada sirve si no va acompañada de una deseconomía (pónganle ustedes color), llámese decrecimiento o cualquier nuevo vocablo que llame la atención. En definitiva: una drástica reducción de la demanda energética.
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No puedo estar más de acuerdo con el Prof. Diego Azqueta. Después de ver tanta hipocresía, mi pregunta es ¿Podrías decirnos si hubo alguien que habló de manera coherente con sus actos? También sería interesante conocer quién realmente está trabajando en el desarrollo de una economía verde.¡Gracias!
Sobre este tema no se hace más que demagogia y casi siempre por pura ignorancia. La nueva economía, la economía sostenible, economía verde o como puñetas la quieran llamar no es un remedo de la actual, no puede serlo, debe estar enfocada a reformular la base del sistema, no se puede sustentar la riqueza en el aumento demográfico porque eso es precisamente lo que nos está poniendo a las puertas de la catástrofe.
"Los escépticos de las energías renovables y sostenibles utilizan a menudo la excusa de la rentabilidad".Tanto como excusa...http://current.com/technology/93109786_doing-the-math-comparing-germanys-solar-industry-to-japans-fukushima-reactors.htmPero incluso dándola por buena, no es la única razón para ser escéptico acerca del uso de renovables como base del sistema de suministro energético. El coste (energético) de producción del dispositivo debe ser ponderado con la vida media del dispositivo. [Las fotocélulas de Silicio, por ejemplo, tienen que reemplazarse al cabo de 10 años. Me juego un huevo (los dos no) a que el Prof. Azqueta no lo comentó en la charla] .El "otro" "gran" "problema" "de" las (esto sin comillas) energías renovables es su implementación como red de suministro. Esto consta de dos aspectos: 1) Potencia máxima que puede generar. 2) Potencia media. Energías solares y eólicas presentan problemas para satisfacer ambos (al día le sigue la noche, al viento la calma. Cuánta energía, sólo eléctrica, necesita al día Japón?). Con biomasa tenemos el problema gordo (no va por ti, autor del blog) de su implementación a gran escala: sube el precio de los alimentos, la superficie de cultivo aumenta, etc. La fusión está por llegar, y tardará aún 30 años, a contar a 30 años vista a partir del 2041. El gas natural, aunque ayuda a reducir la emisión de CO2 a la atmósfera, es mucho más perjudicial para el medio ambiente cuando escapa libre a la atmósfera (lo que ocurre inevitablemente en el proceso de producción). Y una tras otra...Qué difícil es encontrar una solución. Y se complica cuando uno constata que la mayor parte de la energía que utilizamos no es, como creemos, al encender y apagar la luz de la casa, sino en la producción industrial. Aquella mediante la cual se producen, por ejemplo, bandejas de plástico donde ponemos los tomates, los embalamos en mucho plástico y los vendemos a 500km (como mínimo) de distancia. Es ESO lo que hay que cambiar. El debate nuclear/renovables es a su lado una nimiedad.
Existen varias formas de aproximarse a la economía verde, la más original quizás sea la que propone Susan George en su último libro. A saber: ya que la Segunda Guerra Mundial fue la forma de salir de la crisis de los años 30, la economía verde puede suponer la salida a la crisis actual haciéndola atractiva para los depredadores de capital ávidos de nuevas formas de amasar fortuna. Sin embargo poco se habla de la eficiencia de las energías renovables ¿sería capaz toda esa revolución verde, economía verde, I+D verde,... de satisfacer la actual y/o futura demanda energética? Mucho me temo que no. La economía "verde" de nada sirve si no va acompañada de una deseconomía (pónganle ustedes color), llámese decrecimiento o cualquier nuevo vocablo que llame la atención. En definitiva: una drástica reducción de la demanda energética.
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