Las bicicletas, para Pascua

Uno podría pensar que las Fallas resultan ideales para recorrer Valencia en bicicleta. El frío, normalmente, empieza a remitir, y la calle brota de vida. Zonas como Nou Campanar (por la Falla), El Cabanyal o Botánico, se convierten en lugares atractivos para el visitante. Sin embargo, los turistas pasan de la bicicleta estas fiestas. Este periódico ha consultado a profesionales del sector y la demanda apenas siente un empujón, ni siquiera en las primeras Fallas con el sistema público de alquiler de bicicletas en funcionamiento.

"Los alquileres nunca han sido muy elevados estas fiestas y este año parece que no va a cambiar", explica José Diez, de Orange Bike. El negocio de José, en pleno barrio de El Carme, apenas cuenta con reservas esta semana. "Tenemos tres o cuatro grupos hasta el domingo, pero vamos, poca cosa. De todas formas el tiempo tampoco acompaña", indica. Alberto Laurín, de Doyoubike, confirma la tendencia. "Marzo suele funcionar bien, pero las Fallas, en sí, no son especialmente fructíferas", dice. Doyoubike alquila de media unas 40 bicicletas diarias esta semana y algo más en sábado y domingo, aunque en días feos apenas entra un cliente.

Entre los dos aportan varias razones, pero la principal es que el centro resulta impracticable para las bicicletas estos días. "Ocurre lo mismo con la fórmula uno", comenta Alberto Laurín, "las miles de personas que vienen al gran premio se pasan los dos o tres días en el circuito. Se ven los entrenamientos libres, los oficiales, las carreras... No nos dejan dinero porque vienen a lo que vienen y se van. En Fallas es prácticamente igual, la gente se pasea por el centro, donde están la mayoría de comisiones importantes y ya está", argumenta.

Doyoubike propuso hace unos años a sus clientes una ruta fallera nocturna. Quedaban a las 21.00 y marchaban tres horas entre ida y vuelta. Quizá sería la forma de repartir el tránsito de viajeros por la ciudad, aprovechar la vida de barrios que normalmente no se visitan, como El Cabanyal o Campanar y repartir riqueza. "No funcionó demasiado bien", recuerda Laurín, "así que lo dejamos estar".

Así, la bicicleta queda para Pascua. "Ahí la historia es otra", admite José Diez. "Las reservas se triplican o cuadriplican y puedes ir tranquilamente con la bici y ninguna fiesta capitaliza el territorio urbano, al menos no como en Fallas", añade.