Un terrorista detenido dice que ETA les ordenó cesar su actividad 15 días antes la tregua

Iñigo Zapirain, uno de los presuntos terroristas detenidos el pasado martes, ha confesado que unos 15 días antes de que ETA hiciera público el 10 de enero su anuncio de un alto el fuego "permanente, general, internacionalmente verificable", el comando del que supuestamente formaba parte junto a otros arrestados se reunió en Francia con dirigentes de la organización terrorista (en fechas que debieron coincidir con la Navidad). La cúpula etarra les avanzó su intención de hacer público su comunicado y les ordenó detener su actividad.

La Guardia Civil desarticuló el martes a un comando legal (sus miembros no estaban fichados) en la provincia vasca de Vizcaya. Se produjeron cuatro detenciones: Lorena López Díez (31 años), Iñigo Zapirain Romano (34), Beatriz Etxeberría Caballero (33) y Daniel Pastor Alonso (37). Los agentes se incautaron de 200 kilogramos de material explosivo y un nutrido arsenal. Presuntamente llevaban años integrando este comando, un grupo cerrado que trabajaba de forma autónoma. Mantenían una fachada de normalidad, trabajando en la construcción, pero parecían estar completamente operativos.

Sobre la detención del martes, el vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha defendido hoy, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, su importancia por la dificultad que entraña capturar a un comando legal ("personas integradas con normalidad en la sociedad vasca"), "experimentado" y "muy peligroso". "Creo que de todo lo que le quedaba a ETA, este era probablemente el comando más importante", ha añadido.

14 atentados, dos asesinatos

Zapirain confesó ayer ante su abogado de oficio la participación del comando en al menos 14 atentados, con dos víctimas mortales: el inspector de policía Eduardo Puelles, asesinado en Arrigorriaga (Vizcaya) con una bomba adosada bajo su vehículo en junio de 2009, y el brigada del Ejército Luis Conde de la Cruz, que murió en septiembre de 2008 en Santoña (Cantabria) al estallar un coche cargado de explosivos robado y preparado en Francia.

El comando, formado presuntamente por Zapirain, Beatriz Etxebarria y Daniel Pastor, estaba operativo al menos desde 2006 y contaba con información sobre posibles objetivos, como jueces y miembros de la Ertzaintza, según fuentes de la lucha antiterrorista. Esos datos los había recibido en 2008 desde Francia. Los presuntos etarras comprobaron que no resultaba viable atacar estos objetivos y archivaron la información.

Otras acciones confesadas por Zapirain son la explosión de una furgoneta bomba junto a la casa cuartel de la Guardia Civil de Burgos en julio de 2009, que causó 66 heridos; la colocación de otro vehículo con 61 kilos de explosivos ante la delegación del Ministerio de Defensa de Logroño, que pudo ser desactivado antes; y dos atentados con bomba: una colocada bajo el vehículo de Gabriel Ginés, escolta de un edil socialista, en Bilbao en octubre de 2007; y otra, también en la capital vizcaína, que hirió a un ertzaina en una oficina de empleo.