Joan Herrera llama a los jóvenes a rebelarse para impedir la victoria de Artur Mas

Iurantia es el nombre de un planeta idílico que se cita en una novela muy, muy antigua. Algo así como Itaca, explica el propietario de un restaurante homónimo situado en el Eixample barcelonés y que no adivina a recordar la obra. A ese local ha acudido esta tarde el candidato de ICV-EUiA, Joan Herrera, arropado por 50 jóvenes de la coalición. Espacio diáfano y de cocina vanguardista que ha abierto antes de hora para acoger a los cachorros rojos, verdes y violetas que se indignan cuando se les califica de ni-ni.

"La juventud estudia y trabaja tanto como puede y lo que toca es que se rebele para impedir el triunfo de la derecha", ha dicho Herrera para rebatir ese mensaje. Y ha aprovechado, como no podía ser de otra manera, para arrear estopa "a los poderosos y a CiU", que propone un contrato para menores de 30 años sin que coticen a la Seguridad Social y sin apenas retribución. "Eso es volver a la esclavitud, al siglo XIX", dice.

Era el escenario propicio para que Herrera volviera a tirar de las coletillas con regusto a utopía que deja caer desde el primer día en todas sus intervenciones: "El futuro no está escrito, todo es posible y no nos resignamos", en alusión a que la izquierda puede volver a gobernar en la Generalitat, a pesar de que las encuestas electorales no avalan ese escenario.

"Los derechos se ganan, no se regalan"

El candidato ecosocialista ha hablado también de fracaso escolar y lo ha relacionado con "un componente de clase", porque afecta más a las clases trabajadoras, pero no ha dicho nada de la responsabilidad que pueden tener los padres. Ha insistido, eso sí, en que "los derechos se ganan, no se regalan" y que la generación que le escuchaba podía ser la de la crisis si se resigna, o la de la igualdad de oportunidades si se rebela, el mismo verbo que emplea Ciutadans en sus anuncio nudista.

Jordi Miralles, el número tres por Barcelona en representación de EUiA, ha sido fiel a su discurso radical para referirse a los males que entraña el capitalismo (resignación e individualismo), frente a la postura combativa del compromiso y la solidaridad.

Por la mañana, antes del acto de jóvenes, se celebró el de mujeres, otro clásico de todas las campañas, también un campo propicio para el discurso feminista. Arropado por casi un centenar de mujeres en la Casa de Convalecencia de Barcelona, Joan Herrera comparó a Artur Mas con Benedicto XVI por "querer recluir a la mujer en casa" al ofrecerles ayudas si se quedan al cuidado de los hijos.

Movilizarse contra Artur Mas

"Los dos coinciden en que la mujer se hace libre con el trabajo en el hogar y lo que propone Mas son menos derechos para las mujeres y más cheques para desmantelar el Estado de bienestar", ha dicho Herrera. Por la tarde, Miralles recogió el testigo del símil y dijo que si el 7 de noviembre hubo sectores de la ciudadanía que se movilizaron contra la visita del Papa y lo verbalizaron con el "Yo no te espero", ahora conviene decirle lo mismo a Artur Mas por las políticas que aplicará si gana las elecciones.

Frente al discurso nacionalista referido a las mujeres, Herrera desgranó sus propuestas "por una sociedad 50/50". Entre ellas, la obligatoriedad de un permiso de paternidad de seis semanas, como el que disfrutan las mujeres. "Que los hombres cuiden de los bebés también nos hace más libres a todos y nos permite compartir la vida", ha dicho, al tiempo que ha rechazado el modelo de superwoman "que trabaja mil horas, dentro y fuera de casa".

Otras siete mujeres de la coalición -entre ellas la diputada Dolors Camats y la portavoz, Laia Ortiz- han intervenido también en el acto repasando los temas de salud, pobreza y políticas de igualdad, entre otros y recordando el lema de "diferentes sí, desiguales no". Ninguna ha sido tan aplaudida como la cabeza de lista por Tarragona, Hortènsia Grau, al defender el trabajo del consejero de Interior, Joan Saura, en la lucha contra la violencia machista.