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La futura ministra mantiene su agenda como consejera

Rosa Aguilar comparece en el Parlamento andaluz y dice que las responsabilidades "no son de las personas sino de los Gobiernos"

Cuando Rosa Aguilar ha llegado hoy al Parlamento, inmediatamente ha quedado presa de una nube de cámaras y fotógrafos. Ha querido cumplir con la agenda prevista y ha acudido a la Cámara andaluza para comparecer en la comisión que le tocaba, pese a que su vida profesional ha dado un vuelco de 180 grados, al ser la virtual ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino .

Muy sonriente y vestida de rojo, el color con el que suele vestir lo acontecimientos (también escogió el rojo en la toma de posesión como consejera de Obras Públicas tras dejar Izquierda Unida), se ha enfrentado con la diputada popular Alicia Martínez como el tono monocorde de una sesión normal. Tan solo ha objetado a los ataques de su rival el hecho de que le haya pedido compromisos personales: "Yo lo que le puedo decir es que se compromete el Gobierno andaluz, porque las responsabilidades no son de las personas sino de los Gobiernos".

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Fuentes de su entorno ha comentado que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, primero consultó con su homólogo andaluz, José Antonio Griñán, la posibilidad del nombramiento de Aguilar como ministra. Anoche la llamó a ella. No hubo resistencia. Rosa Aguilar ha mantenido unas relaciones excelentes con el ministro de Fomento, José Blanco, en el corto espacio de su gestión en la Junta. Han comido y cenado frecuentemente, y los contactos entre los dos departamentos han sido privilegiados.

Formado en la ortodoxia comunista, desde que Rosa Aguilar salió de la alcaldía de Córdoba y de Izquierda Unida, ha mimado en extremos sus relaciones con el PSOE, sobre todo después de un primer traspié que molestó sobremanera a los dirigentes socialista andaluces, al declarar en una entrevista que nunca se afiliaría al partido. La ex alcaldesa de Córdoba sabe muy bien de la importancia de llevarse bien con el partido. Ha ido a todos los actos y ha hecho gestos de total fidelidad con el proyecto que abrazó en abril 209, tras toda una vida entreverada en Izquierda Unida.

La relación personal con Blanco y el peso que este tiene en el partido han sido sin duda un pasaporte para que desaparezcan las suspicacias y las reticencias.

Aguilar, además, tiene un cartel inmejorable en Madrid, forjado en sus tiempos de portavoz de Izquierda Unida en el Congreso. Conoce bien a la prensa y se mueve como un pez en el agua. De hecho, una de las primeras palabras de la entonces secretaria de Organización del PSOE federal, Leire Patín, en el congreso que eligió a Griñán secretario general de Andalucía fue: "Cuanto me alegro de ver a aquí a Rosa Aguilar".

Rosa Aguilar, consejera saliente de Obras Públicas, hoy, antes de entrar en el Parlamento andaluz.
Rosa Aguilar, consejera saliente de Obras Públicas, hoy, antes de entrar en el Parlamento andaluz.A. RUESGA

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