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El carbón se muere en Cataluña

Cierra en Serós la penúltima explotación minera por problemas económicos

Los responsables de la empresa Minera del Bajo Segre (Mibsa), con sede en Seròs (Segrià), han anunciado hoy que el viernes cesará definitivamente la actividad en la mina que tenía en explotación en este municipio. La extracción de carbón estaba parada desde principios de este año por problemas económicos y su veintena de trabajadores solo realizaba tareas de mantenimiento. El cierre de esta explotación significa la práctica desaparición de la minería de carbón en Cataluña. En este momento solo queda activa la extracción de lignito en otra mina próxima, gestionada por la empresa Carbonífera del Ebro, con sede en Merquinenza (Zaragoza).

Después de varios meses de incertidumbre, Mibsa ha decidido acogerse a las ayudas del Ministerio de Industria para el cierre de minas no rentables, de modo que recibirá unos cuatro millones de euros que servirán para pagar los costes laborales y saldar la deuda contraída con Hacienda. La empresa asegura que pagará las siete nóminas que adeuda a los empleados y las indemnizaciones correspondientes que se pacten con los representantes de los trabajadores. Los mineros que lo deseen podrán acogerse a prejubilaciones o recolocarse en minas de Teruel o Mequinenza. Los 22 trabajadores de la compañía iniciaron a finales de septiembre una huelga indefinida para reclamar el sueldo de varias mensualidades y uno de ellos, Jesús Pi, encargadode los trabajadores y delegado sindical por UGT,se mantuvo en huelga de hambre durante 11 días.

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Huelga de hambre

Pi tiene 47 años, de los cuales 29 los ha pasado en esta mina. "La experiencia de la huelga de hambre", señala, "no ha sido ni buena ni mala porque no ha servido para nada. Había días que tenía mucha hambre y otros nada por el disgusto que tenía o por ver a los compañeros nerviosos por llevar más de siete meses sin cobrar", cuenta.

El minero explica que la situación personal de las familias afectadas es crítica, porque los pocos ahorros de que disponían los han consumido para comer. "¡A ver qué familiar aguanta más de siete meses sin cobrar!. Es vergonzoso, pero hemos aguantado y hemos hecho todo lo posible para salvar la empresa y los puestos de trabajo, pero ya no podemos hacer nada más", añade.

Pi asegura que el anuncio de cierre no ha sido ningún alivio para los 22 trabajadores afectados. "Lo veíamos venir, pero nunca habíamos perdido la esperanza de que la empresa podría reflotarse si Hacienda flexibilizaba sus exigencias. Siempre hemos pensado que esta mina es viable. Ahora ya no hay nada que hacer, pero lo peor es que, además de los puestos de trabajo, también se perderán las importantes ayudas que recibían los pueblos de la comarca por ser zona minera", concluye en sindicalista.

Facturación de 2,2 millones anuales

La mina, conocida popularmente como La Canota, inició su actividad en 1862 y en la década de 1990 llegó a emplear a más de 100 trabajadores, si bien en los últimos años la plantilla se redujo drásticamente debido a la caída de la demanda de carbón. En la actualidad, Mibsa vendía toda su producción, de unas 43.000 toneladas, a la central térmica de Escucha (Teruel) y facturaba 2'2 millones de euros anuales.

La empresa tiene paralizadas ayudas del Ministerio de Industria por un millón de euros por impago de deudas a la Agencia Tributaria, que este año no ha renovado el aplazamiento de pago, lo cual ha agravado la crisis que ha desembocado en el cierre de la mina.

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