Con Ricardo Flores en sus viviendas de Terrassa
“La idea es la de un palazzo italiano, la de la película La ventana indiscreta, la de formar un vecindario dentro del barrio en el que los inquilinos de los 111 pisos puedan exponerse o recogerse”, explica Ricardo Flores camino de su edificio de viviendas de protección oficial levantado en Terrassa, en la provincia de Barcelona. Y es cierto que, frente al inmueble, la singular disposición de las terrazas, comiéndose parte de la fachada, recogidas o extendidas como pasajes hasta el patio, así como las zonas de juego interiores de estas viviendas permiten compaginar actividades distintas: desde vigilar al niño que juega en el patio mientras se cocina hasta saludar, o no, a los vecinos abriendo una ventana o saliendo a una terraza. Según el humor, el momento o los vecinos.
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Babelia
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