Cuando cruzar una frontera es como jugar a la ruleta rusa
MADRID-ESTAMBUL EN AUTOBÚS, DÍA 5El autobús croata que tomé en Zagreb camino de Belgrado sólo llega a la zona de nadie entre las barreras fronterizas de Croacia y Serbia. Ignoro si ahora la relación de vecindad entre los antiguos socios ex-yugoslavos habrá mejorado, pero en aquella época, en estado aún de shock post-guerra, los vehículos no podían cruzar la frontera.Así que allí en medio de una tierra quemada, como en un intercambio de prisioneros, los viajeros bajamos del autobús croata, tomamos nuestros atillos y caminamos un centenar de metros hasta el puesto de los guardias serbios, donde subimos a otro autobús. Después cada vehículo reculó camino de su país. Cuatro años de guerra no se olvidan en un suspiro.En la oficina fronteriza serbia, un policía sube al vehículo pidiendo los pasaportes. Al ver el mío, dice ?Espagnolo, you need visa?. Le señalo la página de mi pasaporte donde tengo estampado el sello salvador mientras le dedico una sonrisa estúpida que no mejoraría Mr. Bean. Baja con los documentos de los 15 pasajeros en la mano y a los diez minutos vuelve el chófer con todos? menos con el mío. ?Espagnolo? policja?, me dice, mientras esboza una sonrisa lobuna. ¡Lo sabia!Ya lo comenté ayer. Nada te hace sentir más inseguro y más desvalido que una frontera. Estás en manos de un tipo con gorra y mísero sueldo de funcionario que en ese momento es el rey del mambo, puede hacer contigo lo que quiera. Y no pienso solo en fronteras en situaciones de estrés como ésta, o las de países del Tercer Mundo. Quien haya intentado entrar a EEUU tras el 11-S sabe a qué me refiero. Resignado, me acerco a la oficina y el mismo policía-armario ropero me interroga en un casposo inglés.- ?¿A dónde va??- ?A Estambul?, respondo.- ?Ya, ¿de negocios?"- ?No, no (ante la duda de si para negocios se precisa otro tipo de visado, opto por la verdad). - Voy de turismo, de vacaciones?.En ese momento me hubiera gustado tener una microcámara instalada en el entrecejo para grabar la perplejidad de su cara.-?¿De vacaciones? a Estambul? por aquí??, exclama aturdido mientras trastea en el teclado de un ordenador. Imagino que está cerrando el archivo ?Sospechosos en busca y captura? para abrir el de ?Estúpidos, pirados y locos?.-?Sí, sí, créame?, trato de mostrarme sereno y convincente. ?Tengo miedo a volar en avión y recorro Europa en autobús?.En vista de que en ?Estúpidos, pirados y locos? tampoco aparece ningún ?Paco Nadal, espagnolo?, vuelve a comprobar que el visado no es falso y que no tiene por dónde rechazarme y me lanza el pasaporte con desgana. De sus labios entrecerrados sale un imperceptible... - ?OK?.-"OK" exclamo yo también, ¡estoy dentro! Estoy en Serbia.Camino de Belgrado cruzamos varios ríos con puentes provisionales. Imagino que los originales se los cepilló una bomba inteligente de la OTAN. Quien sabe, a lo mejor hasta yo mismo vi en el televisor, en el confort de mi casa, cómo una bomba volaba el puente por el que ahora mismo cruzo. Ahora las bombas llevan vídeo. Y las guerras te las sirven en directo, limpias, edulcoradas, trivializadas y listas para consumir en el informativo de las tres. Entre las noticias de economía y las de sociedad. Y las asumimos, indiferentes, como asumiríamos un anuncio de pasta de dientes. ¡La guerra está siempre tan lejos!
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