Estoy cansado

29-S: huelga general. Hoy era un día de reivindicación y denuncia ante una situación que no puede mantenerse. Si bien es cierto que se convocaba como repulsa a la reforma laboral, hay muchos más motivos para iniciar una huelga. Y no contra una reforma, un presidente o un gobierno, sino contra un modelo caduco y una clase política aún más caduca. Y es que estoy muy CANSADO.

CANSADO de comprobar que cada una de las historias que se escriben en el especial "Pre-parados" de EL PAÍS es un calco de las historias de mis amigos y de yo mismo.

CANSADO de escuchar a los políticos hablar en el mismo tono que en años de bonanza, es decir, descalificándose entre sí. Me da la impresión de que la situación es lo suficientemente complicada como para que, por una vez, los políticos hagan frente a su responsabilidad y representen a los ciudadanos. Que dejen la palabrería para cuando la situación lo permita. Ahora no es momento de frivolidades. Estamos viendo cómo los jóvenes tienen que emigrar, cómo hay muchos otros en paro esperando una oportunidad. Y aquí, nuestros políticos de "pandereta" sólo se miran al ombligo y, por supuesto, a las famosas encuestas. No estaría mal que trabajaran por el bien comúN. Ya habrá tiempo de exigir responsabilidades y juzgar a cada cual por su labor.

CANSADO al ver que el modelo productivo que nos metió en este agujero vuelve a resurgir de sus cenizas y, con ello, comprobar una vez más que un cambio de modelo no es posible en este país.

CANSADO al comprobar que nadie pide explicaciones a constructores y empresarios del sector inmobiliario que, además de haber dejado a miles de personas en paro y destrozado nuestro patrimonio natural, han hecho una fortuna incrementando el precio de las viviendas por encima de su valor real. Gracias a ellos dudo que algún día pueda comprarme un piso.

CANSADO de los casos de corrupción, de la cantidad de dinero negro que se mueve bajo nuestros pies, de las dificultades que se le ponen a los jóvenes (y no tan jóvenes) emprendedores que desean abrir una empresa.

CANSADO de la resignación que muestra la sociedad ante esta situación.

CANSADO de tener que sentirme "afortunado" por ser mileurista, y por cotizar sólo dos de mis cuatro años trabajados.

CANSADO porque hay demasiada gente en paro, demasiados jóvenes pre-parados y demasiados intereses que encorsetan las decisiones políticas que se toman.

Perdonen mi pesimismo, pero es que estoy CANSADO de esperar.