Condenado a 9 años un preso por violar a su compañero de celda aprovechando un apagón
El violador deberá indemnizarle con 10.000 euros
La Audiencia de Barcelona ha condenado a un preso a 9 años y un día de cárcel por violar a su compañero de celda en 2007 en el Centro Penitencario de Quatre Camins, en la Roca del Vallès, aprovechando que se había ido la luz. Además, deberá indemnizarle con 10.000 euros. Los hechos ocurrieron la noche del 26 de mayo de 2007, cuando el acusado -que cumplía una condena de dos años por un delito de agresión sexual en Tarragona-, aprovechando que se había ido la luz del centro, cogió por el cuello a su compañero de celda, le tiró contra la cama y consiguió quitarle la ropa y agredirle sexualmente.
Durante el juicio, en junio, la víctima -un joven de 27 años- explicó que el acusado, Rafael B.R., no le dejaba relacionarse con otros presos. "Siempre quería que estuviera con él y leyera la Biblia", aseguró el joven, que estaba muy nervioso. Explicó que la noche de los hechos estaban viendo la televisión, había muchos relámpagos y se iba la luz, cuando sin previo aviso el acusado se abalanzó sobre él. Aseguró que fue "incapaz" de defenderse porque en otras ocasiones ya le había amenazado con hacer daño a su familia porque sabía dónde vivían. "Me dijo que no gritara o tendría problemas".
La Audiencia considera que la declaración de la víctima es creíble, ya que no se contradice con sus anteriores testificales y "viene corroborada" por los informes de los médicos forenses. Los magistrados de la sección octava, donde se juzgó el caso, aseguran que ellos mismos pudieron comprobar "como la víctima temblaba cuando declaraba" y que consta en la causa que acudió "lloroso" a los funcionarios de prisiones para explicar lo sucedido.
Sin lucha ni gritos
Sobre las declaraciones de los testigos, que dijeron no haber oído nada, la Audiencia apunta que debe tenerse presente que se trataba de una violación "basada en la intimidación de la víctima", que temía que pudieran hacer daño a su familia, por lo que no hubo lucha ni gritos.
En el juicio, el acusado negó los hechos y explicó que era su joven compañero quien había pedido un cambio de celda para poder estar con él. "Estábamos los dos bajo la palabra de Dios, leyendo la Biblia", apuntó. Rafael B.R., explicó que ya conocía a la víctima, porque habían coincidido en La Modelo. "Estoy en la palabra de Dios, leo la Biblia y él siempre quería venir conmigo", apuntó.
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