Desconvocada la huelga indefinida de basuras en Madrid
La empresa y los sindicatos han llegado a un acuerdo para que no haya despidos y han congelado los sueldos por dos años
La huelga indefinida en el servicio de recogida de basuras de Madrid capital ha sido desconvocada después de que los sindicatos y la empresa hayan llegado esta madrugada, tras 12 horas de negociaciones, a un pre acuerdo que será ratificado está tarde en una asamblea extraordinaria. El compromiso consiste en no realizar ningún despido y durante los próximos dos años se congelarán los sueldos de los empleados. El paro debía iniciarse hoy a partir de las 7.00 de la mañana debido al recorte de un 15%, unos 177 millones de euros, en el contrato del Ayuntamiento con la adjudicataria del servicio, Fomento de Construcciones y Contratas (FCC).
Los sindicatos habían calculado que, además del despido de unos 120 trabajadores, las nuevas condiciones impuestas por el Consistorio habrían supuesto la perdida de unos 2.500 euros para la plantilla restante. FCC también planeaba reestructurar el servicio, alargando las rutas y los turnos de la mañana y la noche del domingo. Los sábados por la noche ya hay horario ampliado. El año pasado ya 88 personas perdieron su empleo y 19 camiones de basura fueron retirados del servicio.
El Ayuntamiento señaló sobre la huelga que convocarla en la situación económica actual es una "irresponsabilidad" y que "en ningún caso traspasará la presión que pueda suponer esta huelga a la empresa que presta este servicio a los madrileños". El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, señaló que este año no es posible aplicar la reducción del 15% a la tasa que pagan los ciudadanos por la recogida de basuras, reinstaurada el año pasado y que tiene un coste medio para los vecinos de 60 euros.
Ayer los trabajadores del servicio tomaron la Puerta del Sol. Varios miles, 10.000 según los sindicatos convocantes, se concentraron en la céntrica zona. Los manifestantes, ataviados con el uniforme de trabajo, de color verde, y provistos de pitos y bocinas que no pararon de sonar durante las dos horas que duró el acto, profirieron gritos en contra del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.
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