CiU y el PP califican de maquillaje el plan de ajuste del tripartito

El plan de ajuste del tripartito no ha seducido lo más mínimo a la oposición. Convergència i Unió (CiU) y el Partido Popular (PP) anunciaron ayer en el Parlament que votarán en contra de la convalidación del decreto del Gobierno de José Montilla para contener los gastos. El tripartito, con las medidas aprobadas, confía en recortar 1.670 millones de euros en lo que queda de año, pero el plan fue vapuleado por convergentes y populares, que lo calificaron de "cortina de humo" y de simple operación de "maquillaje".

CiU alegó que su grupo rechaza el plan porque prevé una subida generalizada de impuestos al aumentar el de transmisiones patrimoniales, el de actos jurídicos documentados y el de matriculación. La subida de estos tributos será inmediata. No será así en el caso del IRPF, que afectará a 20.000 contribuyentes y se aplicará en 2011. "El tripartito se esconde bajo el discurso clasista de ricos y pobres y los fuegos de artificio de un IRPF para las rentas altas para el 2011", dijo Oriol Pujol, de CiU, que añadió: "Y lo que provocará el ingreso de 100 millones no son los impuestos de ricos. El aumento vendrá por comprar casas de segunda mano o un coche, o por ampliar capital para pequeñas empresas a quienes los bancos han cerrado el grifo".

Pujol interpretó, además, que el plan de adelgazamiento de la Administración busca solo mantener el equilibrio del tripartito y lamentó que el "gran" recorte sea solo eliminar 10 altos cargos. "Queremos saber su nombre, apellido y cargos", agregó. Dolors Montserrat, del PP, calificó la subida del IRPF de "demagógica" y "populista", y añadió que los socialistas han tomado esa decisión "hipotecados" por los ecosocialistas. Los ingresos por el IRPF serán de 75 millones de euros, y con el recorte de consejerías que propone el PP se podrían ahorrar, según Montserrat, 1.500 millones.

Mientras, Montilla acusó a la oposición de estar solo preocupada por la subida de impuestos y reprochó a CiU la contradicción que, a su juicio, supone aprobar indirectamente el plan de recorte en el Congreso y rechazar el del tripartito. "Hay a quien le preocupan más los 20.000 contribuyentes que pagarán más por la renta que los 600.000 parados o los siete millones de catalanes", dijo en una visita al centro de bienvenida educativa para alumnos inmigrantes en Cornellà. "Quien tiene más ha de contribuir más. No entiendo que no den apoyo a estas medidas que saben que son necesarias, mientras en Madrid acaban facilitando que se aprueben", zanjó.