Botín declara que nunca habló de dinero con Garzón y que el Santander no pagó al juez
El presidente de la entidad responde durante casi tres horas a las preguntas del Tribunal Supremo sobre el patrocinio de dos cursos que impartió Garzón
El presidente del Banco de Santander, Emilio Botín, ha declarado esta mañana como testigo durante casi tres horas ante el juez instructor del Tribunal Supremo Manuel Marchena, en la causa que se sigue al juez Baltasar Garzón por la organización de dos cursos en la Universidad de Nueva York patrocinados por el Santander, meses antes de que el juez rechazase una querella contra el presidente de la entidad. El pasado 15 de abril acudió a declarar por esta causa Garzón.
Botín tenía que declarar sobre cómo se negoció y concretó el patrocinio de ambos cursos, dirigidos por Garzón y en los que participaron medio centenar de asistentes, desde ex presidentes de Gobierno hasta premios Nobel.
A preguntas del instructor, Manuel Marchena, Botín ratificó que fue el director del Banco de Santander en Nueva York, Gonzalo de las Heras, quien le sometió a su consideración la propuesta de financiar los dos cursos de la Universidad de Nueva York. No hablaron sobre pagos a ninguna persona en particular, explicó el banquero.
Botín explicó que cuando se financiaron los cursos dirigidos por Garzón él creía que ya se habían tramitado, la mayoría con el archivo judicial con apoyo fiscal, las más de 30 querellas interpuestas contra él por los antiguos administradores de Banesto, aunque quedaban un par de procedimientos en la Audiencia Nacional. Ninguno de ellos lo llevaba Garzón. Según Botín, en ningún momento se le pasó por la cabeza que algún día iba a haber otra querella contra el banco y que le correspondería a Garzón.
El presidente del Santander negó que tuviera relación de amistad con Garzón. Dijo que le conoció cuando el juez era secretario de Estado del Plan Antidroga, en el Gobierno de Felipe González. Fue Botín quien pidió el encuentro para explicarle las medidas acordadas por su banco contra el blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico. Después ha coincidido esporádicamente con él en actos, siempre delante de terceros, y ha asegurado que no tienen una relación de amistad. Sobre las cartas remitidas por Garzón, y encabezadas con un "Querido Emilio", Botín explicó que él, como presidente del banco, envía a diario docenas de cartas con ese encabezamiento u otra fórmula de estilo similar a personas a las que no conoce de nada.
Botín confirmó que al potestad para financiar los cursos con la Universidad de Nueva York que dirigió Garzón correspondía a Gonzalo de las Heras. Resultó tan interesante la iniciativa, explicó el banquero, que con posterioridad hicieron un convenio para hacer estables esas relaciones. En la actualidad, el banco mantiene convenios similares con 800 universidades en 25 países de todo el mundo.
Marchena se interesó por quién custodia los papeles sobre el patrocinio. Botín dijo que no lo sabía, que él, como presidente del banco, no se encarga de esas tareas, aunque dijo que "se enterará".
El interrogatorio a Botín fue acordado por el propio instructor sin que las partes lo pidieran. Al ser llamado en calidad de testigo, Botín no puede negarse a contestar a las preguntas de las partes y en particular a las de los querellantes, Antonio Panea, un viejo enemigo de Botín,y José Luis Mazón.
Según fuentes jurídicas, el instructor ha citado para el día 26 de mayo al vicepresidente del Santander, Alfredo Sanz; para el día 2 de junio al ex presidente de Cepsa Carlos Pérez de Bricio, y a la subdirectora del Centro Rey Juan Carlos de la Universidad de Nueva York, Laura Turégano, para el día 10.
Hace dos semanas declaró el director de la oficina del banco en Nueva York, Gonzalo de las Heras, quien insistió en que nunca habló de dinero con Garzón y sólo se interesó por el programa y los asistentes. De las Heras, que corroboró las afirmaciones de Garzón en el sentido de que el banco entregó a la Universidad de Nueva York, y no a Garzón, un total de 327.000 dólares para financiar los dos cursos, envió al instructor Marchena la documentación de que disponía sobre el patrocinio.
El juez Marchena había insistido en que quería disponer de ella antes del interrogatorio a Botín, hasta el punto de que ordenó al septuagenario De las Heras que fuese a Nueva York a por ella y la entregara "personalmente" antes de las dos de la tarde de ayer. Ayer a última hora no había pasado por el registro, pero esta mañana la documentación ya se encontraba en la secretaría de Causas Especiales, sin que hasta el momento haya trascendido nada de su contenido.
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