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El PP votará contra la retirada de la reforma estatutaria en Castilla-La Mancha

Cospedal culpa a los socialistas castellano-manchegos de la guerra del agua

Después de salvar ayer la cara en el Congreso de los Diputados, repartiéndose con el PSOE las culpas por la falta de acuerdo, la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, sigue dispuesta a rentabilizar políticamente la batalla por el nuevo Estatuto de Castilla-La Mancha. El próximo año se celebran elecciones autonómicas, y ella es candidata en esa comunidad.

Ante la presión de las comunidades de Murcia y Valencia, ambas gobernadas por el PP, Mariano Rajoy promovió una enmienda que suavizaba en gran medida la anterior propuesta de Cospedal, que rebajaba de 4.000 hectómetros cúbicos a 600 la reserva de agua prevista en la norma para las necesidades de Castilla-La Mancha. La nueva propuesta mantenía la cifra de 4.000 hectómetros, aunque no como reserva necesaria sino como estimación de necesidades, un concepto mucho más genérico.

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El presidente castellano-manchego, José María Barreda, que se había desplazado a Madrid para controlar las negociaciones, rechazó esta solución. El PP decidió entonces no votar -en lugar de abstenerse- la ponencia socialista en la Comisión Constitucional del Congreso, y Barreda optó por convocar un pleno extraordinario en las Cortes castellano-manchegas para retirar la reforma estatutaria. No habrá nuevo Estatuto antes de las elecciones, lo mejor que le podía pasar a Cospedal (y a Murcia y a Valencia); y un problema menos para el Gobierno central.

"Cuando se quiere llegar a un acuerdo, se llega a un acuerdo"

Entrevistada hoy en la cadena SER, la responsable popular ha rechazado que sea la culpable de este fracaso ("culparnos me parecería tremendo"), puesto que hizo "todo lo humanamente posible para lograr el consenso". Señaló al PSOE, "que tiene mayoría en el Congreso y gobierna España y Castilla-La Mancha", por rechazar "una propuesta de consenso, muy, muy, muy semejante" a la socialista, "con una diferencia semántica sin trascendencia real". "Cuando se quiere llegar a un acuerdo, se llega a un acuerdo, pero no había voluntad por parte del PSOE", concluyó.

"No entiendo, y muchos socialistas tampoco entendieron, cómo no era aceptada por los socialistas castellano-manchegos", añade Cospedal, que dice sentir "una gran frustración" porque esta norma autonómica haya sido la única rebotada del Congreso junto al plan Ibarretxe (Canarias también retiró la suya). "Yo creo que tenemos otra oportunidad, en el pleno extraordinario de las Cortes autonómicas. El PP votará en contra de la retirada del Estatuto". Hace tres años, ese Parlamento aprobó la norma con los votos de PP y PSOE.

En cualquier caso, la reforma estatutaria no llegará al pleno del Congreso a pesar de que ayer superó su paso por la Comisión Constitucional. En el pleno hubiera requerido de una mayoría de tres quintos de los votos, imposible sin el PP.

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