El destape de Aguirre
La Comunidad de Madrid es el territorio donde el pillaje de la trama corrupta que dirigía Francisco Correa fue mayor, duró más tiempo y afectó a más instituciones, entre ellas el Gobierno regional y cinco grandes ayuntamientos. Esperanza Aguirre, presidenta madrileña desde octubre de 2003, ha protagonizado durante este tiempo cientos de actos institucionales donde ha gastado varios millones de euros en sillas, floreros y traseras, un apetitoso negocio que cayó en manos de la red Gürtel por obra y gracia de uno de los hombres de más confianza de Aguirre, su ya ex consejero de Deportes, Alberto López Viejo. El latrocinio de la trama corrupta en la Comunidad de Madrid llegó con la presidencia de Esperanza Aguirre y duró hasta el 6 de febrero de 2009, el día en que Garzón ordenó detener a los cabecillas de la red Gürtel.
Estos son los hechos.
Y sin embargo, Aguirre descubrió ayer de pronto que fue ella la benefactora que destapó el escándalo del caso Gürtel que se ha llevado por delante, hasta el momento, la honra de su partido junto a cuatro alcaldes, tres diputados autonómicos, un diputado nacional y un senador, que además se dedicaba a controlar las finanzas de esta formación política.
Con su alumbramiento, Aguirre habría sido la persona que, indirectamente, ha enfangado a todo el PP en el lodo del descrédito y la indignidad. Incluso a ella misma, presidenta de una Comunidad donde la trama corrupta campaba a sus anchas sin que nadie levantara el dedo. Y eso que muchos consejeros de Aguirre tuvieron oportunidad de hacerlo porque les imponían siempre la empresa con la que tenían que organizar los actos de la presidenta autonómica y recibían facturas de "600 euros por seis fotografías" que pagaban religiosamente mirando para otro lado porque eran facturas de López Viejo, el "chico para todo" de la presidenta.
¿Qué pensará la mitad del Gobierno valenciano, con el presidente Francisco Camps a la cabeza, sobre el descubrimiento de Aguirre que, de ser verdad, les ha sumido en una profunda depresión y en un proceso judicial del que todos pueden salir gravemente dañados?
¿Qué pensará Rajoy, cuya carrera a La Moncloa había limpiado de obstáculos una crisis colosal con un paro desbocado, ahora que se enfrenta a una trama corrupta colosal que amenaza directamente al núcleo del PP y que ha sido destapada por su lideresa?
¿Destapó Aguirre el caso Gürtel para impedir que Rajoy gane las próximas elecciones generales? Todo puede ser. Aguirre ya impidió que un representante del PP ocupara un puesto en los órganos de control de Caja Madrid para fastidiar "al hijoputa ese" que defendía los intereses de Alberto Ruiz-Gallardón.
Pero la premisa de la que parten estas preguntas es falsa. Aguirre no destapó ningún escándalo, tan solo frenó una operación urbanística en Majadahonda donde el concurso municipal se había adjudicado en primer término a Proinsa y luego, tras un sospechoso cambio, a Afar-4.
Aguirre mezcló ayer todo en su sorprendente confesión de la Asamblea de Madrid: "Yo me opuse a que se vendiera, con beneficio para el señor Correa y el resto de los miembros presuntos de esta trama, por menos de la mitad de su precio, una parcela en Majadahonda. Ahí se destapó todo esto".
Ni Proinsa ni Afar-4, según los 50.000 folios del sumario del caso Gürtel, parecen tener relación con Correa. El escándalo en cuestión ocurrió a finales de 2004. Aguirre destituyó al alcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega, que supuestamente había colaborado en el intento de venta irregular de las parcelas. Pero le premió con un cargo autonómico mejor remunerado: la gerencia del Mercado Puerta de Toledo en la que estuvo hasta que Garzón desarticuló la trama corrupta. Aguirre destituyó a otros dos concejales de Majadahonda, Juan José Moreno y José Luis Peñas, que conocían y colaboraron con Francisco Correa. Pero no fue hasta otoño de 2007, casi tres años después del escándalo, cuando uno de estos concejales denunció las prácticas de Correa y, de esta manera, destapó, esta vez sí, el caso de corrupción que más ha dañado la imagen del PP desde su creación.
Aguirre presumió ayer de haber destapado el escándalo aunque con su frase sólo ha logrado cabrear a sus compañeros del PP, que no entienden nada. De paso, Aguirre vuelve a desnudar las prácticas de su Gobierno que, pese a haber "destapado" supuestamente el escándalo, siguió alimentándolo durante cinco años a base de contratos a dedo vulnerando la Ley casi a diario.
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