El embajador de EE UU en España dice que "sería una vergüenza" no apoyar a los disidentes cubanos
Solomont evitó criticar la política conciliadora de Madrid hacia La Habana
El embajador de Estados Unidos en España, Alan D. Solomont, cree que "sería una vergüenza" que los países democráticos no prestaran atención a los disidentes cubanos ni defendieran el respeto a los derechos humanos ante el régimen castrista. Solomont evitó criticar la política conciliadora de Madrid hacia La Habana, pero admitió que Washington "no está decepcionado" por el escaso éxito de la iniciativa española para modificar la Posición Común de la UE hacia Cuba.
Aunque dijo no ser un experto en la situación interna de la isla, aseguró que existe una lucha entre los partidarios de la política de "mano dura" y los que abogan por "una mano incluso más dura" y se mostró pesimista sobre la posibilidad de que la presión internacional consiga que Castro ceda ante la huelga de hambre que mantiene el disidente Guillermo Fariñas. "Desgraciadamente no hay pruebas de que se esté ablandando", afirmó. Al contario, la respuesta "bastante estridente" de las autoridades cubanas ante los esfuerzos de EE UU o España por buscar una solución demuestra, a su juicio, que "se están enrocando".
Solomont admitió que a la Administración Obama, que suavizó algunas de las restricciones impuestas a la isla por Bush, le gustaría "que la relación con Cuba fuera distinta", pero subrayó que el futuro dependerá del pueblo cubano.
El embajador hizo estas declaraciones en un desayuno multitudinario organizado por Europa Press, al que asistieron, entre otros, las ministras de Defensa y Vivienda, Carme Chacón y Beatriz Corredor, el presidente fundador del PP, Manuel Fraga, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, el director del CNI, Féliz Sanz, el jefe de la cúpula militar, Julio Rodríguez, y el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ángel Lossada.
Solomnot, que el viernes cumplirá tres meses en el puesto, agradeció la participación de España en el conflicto de Afgabistán y su decisión de acoger a cinco ex presos de Guantánamo, que presentó como "un ejemplo" para otros países europeos.
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