Aguirre abunda en la crisis abierta tras la sanción a Cobo

La crisis abierta tras la suspensión temporal de militancia del vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, por sus declaraciones en EL PAÍS contra su compañera de partido y presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, no remite. La propia Aguirre ha declarado hoy que el número dos de Gallardón debe abandonar la portavocía en el Ayuntamiento e incluso el grupo municipal.

Aguirre ha recuperado el argumento de su consejero de Presidencia y secretario general del PP madrileño, Alberto Granados, de que el reglamento y los estatutos del partido establece que perder la condición de afiliado conlleva la expulsión, lo que es de obligado cumplimiento, y "no está al albur de lo que ningún grupo municipal decida o deje de decidir", según declaró ayer. La presidenta madrileña ha asegurado que espera que se cumplan las normas "y no porque tenga animadversión a nadie", en referencia a Cobo, con quien mantiene una agria polémica desde hace años.

Además, Aguirre ha respondido a la vicesecretaria general del PP nacional, Ana Mato, quien aseguró el pasado sábado que "salvo que haya una decisión contraria" del Comité de Derechos y Garantías del partido Cobo seguirá como portavoz en el Ayuntamiento de Madrid. Según la presidenta regional, Mato dijo lo que dijo porque desconoce el reglamento al que hacen referencia la propia Aguirre y Granados ya que no tiene por qué conocerlo.

El pasado jueves, el Comité de Garantías del PP decidió mantener la condena de un año revisable de suspensión de militancia para Cobo y para Ricardo Costa, ex secretario general del PP valenciano. Una condena "revisable", por lo que el partido puede devolverles la militancia en cualquier momento, y se prevé que lo haga cuando cumplan los seis meses de suspensión, algo que ya está cercano.