Girona amanece helada
Las comarcas gerundenses sufren las consecuencias del temporal
-"¿Rita, dónde vas?". -"Al trabajo, soy así de tonta". La ciudad de Girona ha amanecido helada. Entre placas de hielo, Rita intentaba llegar al trabajo. Ella ha podido pasar la noche en su casa. Otras, no. Centenares de personas se han quedado en la carretera tiradas. O en el aeropuerto de la ciudad. O en un pabellón municipal cualquiera.
Las estaciones de tren y de autobuses de Girona son los principales punto de llegada. Muchas personas esperan para poder volver a su casa. "Mira, como mínimo estamos vivos", ironiza Pepita Vidal, de 71 años. Se ha pasado la noche en un autobús en Maçanet. Salió ayer a las dos de la tarde de Sant Carles de la Ràpita (Tarragona). Tenía que haber llegado a Girona a las seis, pero su autobús se paró. Unas 50 personas, todas del IMSERSO, han dormido tapadas con mantas en el vehículo. En el pabellón no había calefacción. "Los bomberos no nos han dejado solos ni un momento y nos han dado mantas y bocadillos, pero a los Mossos d'Esquadra ni los hemos visto", se queja otro anciano.
A la estación gerundense apenas llegan taxis. Tampoco funcionan los autobuses, pero con la luz del sol las cosas se ven de otra forma. La ciudad se despereza con placas de hielo, pero los coches ya empiezan a circular. Algún taxi se ve por las calles. Los pocos bares que han abierto están a tope. Guadalupe Savela, de 21 años, busca la manera de llegar a Barcelona. Ha pasado la noche en el aeropuerto. Se ha tirado casi 20 horas en la terminal. "No nos han dado ni una manta, ni un bocadillo. Nada", lamenta. Su vuelo a Roma fue cancelado, como otros treinta. La Costa Brava sigue sin luz. "No puedo llevar a los críos al colegio ni ir a trabajar. ¿Alguien sabe cuándo se va a solucionar esto? No he podido hablar con mi padre porque no debe tener batería en el móvil y los teléfonos fijos no funcionan", se lamenta Raquel, de 33 años. Unas 220.000 personas están afectadas por el apagón desde ayer a las cuatro de la tarde cuando se cayó la línea de alta tensión que alimenta la zona.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.