Los acusados de la explosión de la pirotecnia de Vidreres eluden su responsabilidad
Después de 17 años de la tragedia, comienza el juicio en la Audiencia de Girona
Los nueve acusados por la explosión en la pirotecnia Brau de Vidreres (Girona) han eludido toda responsabilidad en la tragedia durante sus declaraciones en la Audiencia de Girona. Allí se ha iniciado hoy el juicio por la tragedia que causó la muerte de cuatro personas y serias heridas a cinco más en 1993.
Rafael B.E y Maria Rosa E.L, los dueños de la pirotecnia y principales acusados, han asegurado ante el tribunal que ellos se limitaban a comprar y vender el material. También han alegado que no comprobaban su calidad porque la ley no les obligaba a ello y que además confiaban en que las empresas suministradoras les vendieran los productos homologados y catalogados.
Los dueños han reconocido que las cuatro víctimas mortales de la explosión no estaban dadas de alta en la Seguridad Social en el momento de los hechos, pero se han excusado explicando que se trataba de una empresa familiar. La empresa de Vidreres tampoco constaba dada de alta en el registro del Ministerio de Trabajo.
También han declarado los dos encargados, Manuel B.A. y Rafael R.R., aunque han desmentido que oficialmente tuvieran ese cargo. El primero ha dicho -corroborando la declaración que hizo en el momento de los hechos- que todo aquello debió ser fruto de una reacción química provocada por un sabotaje, ya que días antes de la explosión se recibieron llamadas amenazadores en las que se oían ruidos parecidos a los de una explosión.
Por su parte, el Guardia Civil responsable de la seguridad de las naves ha explicado que en la pirotécnica no se produjo ninguna infracción, pero que no recibía los albaranes con el registro de las entradas y salidas de productos que la empresa estaba obligada a entregar a los agentes, para el control del volumen de explosivos.
Los otros cuatro acusados, empresarios proveedores de la pirotécnica de Vidreres, han negado en todo momento que hubieran entregado petardos con una mezcla de cloratos y metales, ya que estaba completamente prohibido. De todos modos, en el lugar de la explosión se encontró dicha mezcla.
El juicio ha tardado diecisiete años en instrucción y ha sido visto por más de 12 jueces en esta fase.
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